Joseph Pronechen, escritor católico y autor del libro Fruits of Fatima – Century of Signs and Wonders, recordó en National Catholic Register 8 oraciones a San José poco conocidas, pero muy poderosas que podrías rezar al padre adoptivo de Cristo este Año de San José.

El Papa Francisco declaró el Año de San José del 8 de diciembre de 2020 al 8 de diciembre de 2021 para conmemorar los 150 años del decreto que declaró a San José Patrono de la Iglesia Universal. Además, publicó la carta apostólica Patris Corde (Corazón de Padre).

Este tiempo de gracia es perfecto para aprender una nueva oración a uno de nuestros santos patronos más poderosos. Pues, así como San José una vez rescató al Niño Jesús de un peligro mortal, ¡ahora puede proteger a la Santa Iglesia de Dios de las trampas del enemigo!

A continuación, las 8 oraciones:

1. “Santa Faustina, San José y el Memorare a la Virgen María”

San José recomendó esta oración a Santa Faustina. En julio de 1937, la santa estaba en la casa de reposo de su congregación, pues estaba muy enferma.

En su Diario (1203) escribió que “San José me instó a tener una devoción constante por él. Él mismo me dijo que recitara tres oraciones [el Padre Nuestro, el Ave María y la Gloria], y el Memorare una vez al día. Me miró con mucha amabilidad y me enseñó cuánto él está apoyando esta obra [de misericordia]. Me ha prometido esta ayuda y protección especiales. Recito las oraciones que me pidió todos los días y siento su protección especial”.

2. “Memorare a San José”

Además del Memorare a María, también existe el siguiente Memorare poco conocido a San José:

“Acuérdate, Oh castísimo esposo de la Virgen María, que jamás se supo de nadie que haya invocado tu protección e implorado tu auxilio sin haber sido consolado. Lleno, pues, de confianza en tu poder, acudo a tu presencia y me encomiendo a ti para pedirte tu protección. Escucha, Oh padre adoptivo del Redentor, mi humilde oración, y en tu bondad, óyeme y respóndeme. Amén”.

3. “Oración para pedir protección de San José”

El Cielo sabe que hoy, más que nunca, necesitamos su protección celestial. No es necesario comenzar a detallar todos los peligros físicos y espirituales de nuestra época, pero recuerda que uno de los títulos de San José es “Terror de los demonios”.  

Así como San José protegió a la Sagrada Familia de la ira de Herodes y quién sabe cuántos otros peligros y amenazas para ellos a lo largo de los años, él puede protegerte si te encomiendas a su protección con esta poderosa y tradicional oración:

Oh San José, cuya protección es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a ti confío todas mis intenciones y deseos.
Oh San José, ayúdame con tu poderosa intercesión, a obtener de tu Divino Hijo todas las bendiciones espirituales, por Jesucristo, nuestro Señor.

Para que, al confiarme aquí en la tierra a tu poder celestial, pueda ofrecer mi gratitud y homenaje al más amoroso de los padres.
Oh San José, nunca me canso de contemplarte a ti y a Jesús dormido en tus brazos; no me atrevo a acercarme mientras Él reposa cerca de tu corazón.
Abrázale en mi nombre y besa su delicada cabeza por mí y pídele que me devuelva ese beso cuando exhale mi último aliento.

¡San José, patrón de las almas que parten, ruega por mí! Amén.

4. “Oración de Confianza en San José”

Para rezar con confianza al padre adoptivo de Cristo, puedes rezar esta oración:

¡Con la confianza de un niño me presento ante ti, Oh santo José, fiel padre adoptivo de Jesús! Te ruego tu compasiva intercesión y tu apoyo en esta, mi actual necesidad [Nombre su petición]. 

Creo firmemente que eres el más poderoso cerca del trono de Dios, quien te eligió como padre adoptivo de su amado hijo, Jesucristo. Oh santo bendito, que salvaste ese tesoro del cielo, con su virgen madre, de la furia de sus enemigos; que con incansable laboriosidad supliste sus necesidades terrenales y con paternal cariño lo acompañaste y protegiste en todos los viajes de su infancia, llévame también, por el amor de Jesús, como tu hijo.

Ayúdame en mi actual dificultad con tus oraciones ante Dios. La bondad infinita de nuestro Salvador, quien te amó y te honró como su padre en la tierra, no puede negarte ninguna petición ahora en el Cielo.

Cuántas almas piadosas te han pedido ayuda en sus necesidades y han experimentado, para su alegría, cuán bueno, cuán dispuesto estás a ayudar ¡Cuán pronto te vuelves a los que te invocan con confianza! ¡Cuán poderoso eres para traer ayuda y restaurar la alegría a los corazones angustiados y abatidos! ¡Por tanto, corro hacia ti, Oh digno padre de Jesús, casto esposa de María!

¡Buen San José, te ruego por el ardiente amor que tuviste por Jesús y María en la tierra, consuélame en mi angustia y presenta mi petición, a través de Jesús y María, ante el trono de Dios! Una palabra tuya lo moverá a ayudar a mi alma afligida ¡Entonces, lo alabaré con mucho gozo a él y a ti, y más ferviente será mi acción de gracias! Amén”.

5. “Oración antes del trabajo a San José Obrero”

Por su parte el Papa San Pío X compuso la siguiente oración:

Oh Glorioso San José, modelo de todos los que se dedican al trabajo, alcánzame la gracia de trabajar con espíritu de penitencia por la expiación de mis muchos pecados; trabajar concienzudamente, poniendo el llamado del deber por encima de mis inclinaciones naturales; trabajar con agradecimiento y alegría, considerando un honor el emplear y desarrollar con el trabajo los dones recibidos de Dios; trabajar con orden, paz, moderación y paciencia, sin rehuir el cansancio y las pruebas; trabajar sobre todo con pureza de intención y desprendimiento de mí mismo, y mantener incesantemente ante mis ojos la muerte y la cuenta que debo dar del tiempo perdido, los talentos inutilizados, el bien omitido y la vana complacencia en el éxito, tan fatal para la obra de Dios.

Todo por Jesús, todo por María, todo a tu ejemplo, Patriarca, San José. Tal será mi palabra de alerta en la vida y en la muerte. Amén.

6. Las Letanías de San José

El Papa San Pío X también aprobó las Letanías de San José como oficial de la Iglesia Católica. El Enchiridion Indulgentiarum (Manual de indulgencias) oficial de la Santa Sede ahora enumera solo seis letanías a las que se les concedió una indulgencia parcial por rezarlas con devoción.

Estamos más familiarizados con la Letanía de la Santísima Virgen María, también conocida como la “Letanía de Loreto”, o las Letanías del Santo Nombre de Jesús, del Sagrado Corazón de Jesús, de la Preciosísima Sangre y de los Santos. A continuación, las Letanías de San José:

Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Ilustre descendiente de David,  ruega por nosotros.   
Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.  
Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.  
Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.  
Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.  
Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros.  
Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.  
José, justísimo, ruega por nosotros.  
José, castísimo, ruega por nosotros.  
José, prudentísimo, ruega por nosotros.  
José, valentísimo, ruega por nosotros.  
José, fidelísimo, ruega por nosotros.  
Espejo de paciencia, ruega por nosotros.  
Amante de la pobreza, ruega por nosotros.  
Modelo de trabajadores, ruega por nosotros.  
Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.  
Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.  
Sostén de las familias, ruega por nosotros.  
Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros.  
Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.  
Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.  
Terror de los demonios, ruega por nosotros.  
Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.  
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.

V.- Le estableció señor de su casa.
R.- Y jefe de toda su hacienda.

Oremos: Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

7. Ad Te, Beate Joseph

Hay otra oración a San José a la que el Manual también concede una indulgencia parcial si la rezas con devoción. El Papa León XIII la compuso y agregó a su encíclica Quamquam Pluries (Sobre la devoción a San José). Luego, le adjuntó la indulgencia parcial y ordenó que esta oración se agregara al Rosario durante octubre. También, pidió un triduo de oraciones a San José antes de su fiesta, celebrada el 19 de marzo. A continuación, la oración:

A ti, oh bendito José, venimos en nuestra tribulación, y habiendo implorado la ayuda de tu Santísima Esposa, también invocamos con confianza tu patrocinio. 

Por esa caridad que te unió a la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y por el amor paterno con el que abrazaste al Niño Jesús, te suplicamos humildemente que consideres la herencia que Jesucristo ha comprado con su Sangre, y con su poder y fuerza, para ayudarnos en nuestras necesidades.

Oh Guardián vigilante de la Sagrada Familia, defiende a los hijos escogidos de Jesucristo; Oh padre amado, aleja de nosotros todo contagio del error y de la influencia corruptora; Oh nuestro más poderoso protector, sé propicio para nosotros y desde el cielo ayúdanos en nuestra lucha con el poder de las tinieblas; y, como una vez rescataste al Niño Jesús de un peligro mortal, ahora protege a la Santa Iglesia de Dios de las trampas del enemigo y de toda adversidad; Protégenos también a cada uno de nosotros con tu protección constante, para que, apoyados por tu ejemplo y tu ayuda, podamos vivir piadosamente, morir en santidad y obtener la felicidad eterna en el cielo. Amén.

8. Petición para pedir la bendición de San José

¡No olvides pedirle a San José que te bendiga! Esta oración es una versión corta y muy hermosa:

“Bendíceme, Oh querido padre amado, San José; bendice mi cuerpo y mi alma; bendice mis resoluciones, mis palabras y hechos, todas mis acciones y omisiones, cada uno de mis pasos; Bendice todo lo que poseo, todos mis bienes interiores y exteriores, para que todos redunden en el mayor honor a Dios. Bendíceme por el tiempo y la eternidad, y protégeme de todo pecado. Obtén para mí la gracia de hacer expiación por todos mis pecados con el amor y la contrición aquí en la tierra, para que después de mi último aliento pueda, sin demora, postrarme a tus pies y darte gracias en el cielo por todo el amor y la bondad que tú, Oh querido padre, me has mostrado aquí en la tierra. Amén”.

Siga esta oración con el Padrenuestro, Ave María y Gloria, rezadas tres veces, como agradecimiento a Dios por las gracias y prerrogativas otorgadas a San José.

Además de estas oraciones, está la devoción de los Siete Dolores y los Siete Gozos de San José y la Oración de 30 días a San José, rezada por una intención especial. También, es una costumbre loable consagrarse a San José junto a la consagración a María. 

CCJ NOTICIAS.

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