DANLÍ, El Paraíso. El Guayacán y Quebrada Larga son aldeas vecinas, pero el acceso al agua marca una diferencia abismal en el bienestar de sus habitantes.

A punto de emigrar se encuentran unas 63 familias de El Guayacán, Villa Santa de Danlí, ya que no tienen proyecto de energía eléctrica y para colmo, sus cultivos han fracasado y no pueden criar animales porque el agua no ajusta ni para consumo. Apenas un pequeño naciente les ofrece una mínima cuota del líquido vital que es acarreada en chumbos, a lomo de bestia.

Familias completas hacen recorridos hasta de un kilómetro y medio para recoger unos cinco chumbos de agua y bañarse a la orilla de la pequeña vertiente. Así se comienza el día, desde hace dos años, en El Guayacán y finaliza con la esperanza de que alguna autoridad atienda la crisis por el vital líquido o les ofrezca alguna posibilidad de subsistencia digna.

A LOMO DE BESTIA

Gloria Argentina Hernández viaja junto a su sobrina, hija y hermano en busca de agua a una pequeña naciente. “A lomo de bestia, día de por medio, viajamos a buscar en este pequeño naciente un poco de agua para los quehaceres de la casa”.

La pobladora explica que “para tomar hay un pozo comunitario que apenas nos da dos quintos para dos días; aquí, cuando venimos, a veces tiene y a veces pues damos la vuelta con los chumbos vacíos”.
Agrega que “a veces, si lavamos, ya no ajusta para bañarse y qué vamos hacer si no hay de dónde”.

Las familias están gestionando un financiamiento para el proyecto de agua y esperan que a través del llamado que hacen a través de Diario LA TRIBUNA, algún organismo nacional o internacional les atienda.

Emilio Silva explicó que desde hace varios años están a la espera que las autoridades tomen como prioridad un proyecto de agua.

El agua que extraen de un pozo comunitario es tan poca, que los pobladores se turnan para recolectarla.

ES UNA EMERGENCIA

“Esta es una emergencia para 63 familias, estamos como las olominas, que mueren amontonadas; no queremos dejar nuestra tierra, pero estamos a punto de emigrar porque aquí no hay agua”, explicó Silva.

“Estamos en medio de comunidades como Villa Santa, Quebrada Larga, Santa María y Chichicaste, que lograron establecerse y tener mejor calidad de vida y nosotros nos quedamos sin agua, sin energía, no podemos tener ganado porque no hay agua para ellos y los cultivos lo poco que logramos es con agua lluvia y eso cuando Dios manda”.

La falta de agua también deja estragos en la salud de los menores de edad, explicó Zenia Cabrera, ya que “somos familias muy pobres, no tenemos cómo filtrar el agua y por eso los niños sufren de diarreas y otras enfermedades, por usar el agua así, recogemos de aquí y a veces no controlamos los pocos animales que también desean agua”.

La madre de familia expresó que “hacemos un llamado a esas personas que tienen un cargo en el gobierno, para que nos ayuden a lograr el sueño de tener agua en el hogar, soñamos con una llave en una pequeña pila, en casa”.

“Es triste tener que venir todos los días de madrugada a lograr un poco de agua, si es que el pozo recoge algo en la noche y solo los que llegan temprano logran un poco, algunos nos quedamos algunos días sin nada”. (CR)

CALAMIDAD

De casa en casa piden líquido vital

El vicepresidente del patronato, Marcos Emilio López, explicó que tienen un pozo comunitario, “el pozo carga poca agua por la noche y en el día ajusta para algunas familias, otras se deben esperar al siguiente día, estamos esperando poder pegarnos al proyecto de agua de Villa Santa, pero para eso necesitamos una contraparte de dinero y somos familias pobres”.

Las familias han acordado incluso dejar sus viviendas y establecerse o formar una pequeña colonia dentro de la misma comunidad, porque sus viviendas están muy dispersas, esto les beneficiaría al momento de construir el proyecto.

Desde hace tres años, la falta de agua es más severa; los campesinos dependen del tiempo de lluvia para obtener un poco de maíz y frijoles, además de ello, cada gobierno municipal ofrece la energía y aún no llega.

Desde la entrada al Guayacán es evidente la sequía y falta de cultivos. Las mañanas son dedicadas a la búsqueda de agua para el consumo doméstico y humano, otros cabeza de hogar se trasladan a tocar puertas en busca de ayuda, en su calamidad por falta de agua. (CR)

CCJ NOTICIAS

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