Roma.- La población de los países pobres limita cada vez más la variedad de alimentos que consume, que se reduce a los productos básicos, debido al incremento del precio de la comida a nivel global, advirtió este viernes la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Estas naciones, que ya sufren dificultades crecientes para importar productos alimenticios y garantizar la correcta nutrición de su población, lo seguirán haciendo durante lo que queda de año e incluso en 2023, apuntó el organismo de la ONU.
De hecho, la factura mundial para las importaciones de alimentos será más alta de lo previsto inicialmente y aumentará hasta los 1,94 billones de dólares en 2022, detalló la FAO en un comunicado.
La mayor parte de esta subida corresponde a los países ricos, que trasladan a los precios de los alimentos el aumento general de costes provocado por la inflación.
Pese al alza de precios, la agencia de Naciones Unidas prevé que las regiones desarrolladas aumenten el volumen de importación de comida en detrimento de los países pobres, donde el gasto en alimentos se mantendrá estable a costa de una reducción de un 10 % en la cantidad de productos recibidos.
“Estas son señales alarmantes desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, ya que indican que los importadores están teniendo dificultades para financiar el aumento de los costes”, advirtió.
El incremento de los costes productivos también afectará a las importaciones mundiales de bines para la producción agrícola, que podría dispararse hasta los 424.000 millones en 2022, un 112 % más que hace dos años.
El encarecimiento de estos productos, entre los que se encuentran los fertilizantes, se traduce “casi inevitablemente en una menor productividad agrícola y una menor disponibilidad de alimentos”, detalló la FAO.
Naciones Unidas prevé que las repercusiones negativas en la producción agrícola mundial y el acceso a alimentos se extiendan al 2023.
CCJ NOTICIAS