La producción nacional de maíz para consumo interno va en decadencia a causa de diferentes factores, en especial, el cambio climático y la desmotivación en campesinos, alertó el presidente de la Asociación de Productores de Granos Básicos (Prograno), Juan Valladares.
El directivo lamentó que existe poca seguridad en la inversión que cuando se combina con otros factores como las consecuencias el cambio climático provoca una decadencia en la producción del grano básico, el principal de la dieta alimentaria en Honduras.
“Hay una decadencia en cuanto a áreas de producción, producto de los desincentivos, las consecuencias del cambio climático, el riesgo de desarrollar la actividad, poca estructura de riego y poca seguridad en la inversión”, señaló Valladares.
Adicionalmente existe una desmotivación del productor por los problemas de siempre, apuntó.
La preocupación es evidente ante pronósticos sobre un año altamente seco y eso sería un tiro de gracia a los compromisos financieros que tienen los productores.
Juan Valladares recordó que durante los últimos tres años se adquirió el compromiso de vender un millón 500 mil quintales de maíz a la agroindustria, pero en los dos últimos años apenas se ha podido cumplir con el 50 por ciento de ese requisito.
“Se está volviendo recurrente que no producimos y no ofertamos ni el compromiso de compra que se adquirió con la agroindustria”, expuso, para luego precisar que la producción se ha estancado en 750 mil quintales anuales y para este año se reducirá aún más la cifra a causa de los desincentivos y la previsión.
Según el Sistema de Información de Mercados de Productos Agrícolas de Honduras (SIMPAH), una carga de maíz amarillo (200 libras) procedente de Choluteca se cotiza a 1,600 lempiras en bodegas del mercado Zonal Belén o Mayoreo. En el caso de la carga de maíz blanco oscila entre 1,220 y 1,240 lempiras con procedencia de Olancho y Yoro. Mientras, al por menor la medida de maíz amarillo (5 libras) vale 40 lempiras y 32 lempiras el grano blanco.
Partiendo de un consumo humano per cápita y una población de 9 millones 304 mil 380 (INE / Proyecciones de población / 2020), el país presentó en ese año una demanda interna anual de 26.3 millones de quintales de maíz.
Con estos resultados 16.2 millones quintales (61.5% de la demanda) estuvo destinado al consumo en el hogar, el 32.9 por ciento al consumo agroindustrial (concentrado para la alimentación animal) y el 5.6 por ciento restante cubrió el requerimiento de semilla y las pérdidas que se dan en el manejo de la postcosecha del grano.
CCJ NOTICIAS