Cinco años después de la muerte del pequeño Alan, el niño sirio ahogado en un naufragio frente a la costa turca, son más de doscientos mil los menores extranjeros no acompañados que llegaron a Europa y que fueron dejados a destinos inciertos, muchos de los cuales sin seguridad ni protección. La denuncia se lee en el nuevo informe de Save the Children
Las imágenes del pequeño Alan, el niño sirio de 3 años que murió en el naufragio en el que también perdieron la vida su hermanito, Ghalib, y su madre, Rehanna, dieron la vuelta al mundo en el 2015, suscitando dolor y conmoción por una tragedia que, desgraciadamente, se ha repetido de forma trágica.
Más de doscientos mil menores extranjeros no acompañados, que huyen de conflictos, persecuciones o violencias, han solicitado asilo en Europa en los últimos cinco años, pero es probable que el número de niños y jóvenes que han llegado sea mucho mayor. En efecto, muchos de ellos se ven obligados a vivir en la sombra, con el riesgo de ser explotados y abusados. Así lo afirma el nuevo informe “Protection Beyond Reach” de Save the Children, la Organización que desde hace más de cien años se ocupa de los niños.
Casi 700 niños perdieron la vida en la travesía del Mediterráneo
Raffaela Milano, Directora de los Programas Italia-Europa de Save the Children, dice a Vatican News:
“Después de esa tragedia, todos recordamos el gran compromiso de las Instituciones a nivel europeo al decir: ¡Nunca más! Lo que sucedió no debería haber vuelto a pasar. Lamentablemente, cinco años después, debemos decir que no fue así. Basta pesar que unos setecientos niños perdieron la vida en la travesía del Mediterráneo”
Tímidas señales en el progreso a nivel europeo
Si bien en el ámbito europeo se han hecho algunos progresos y se han iniciado buenas prácticas – señala además Raffaela Milano – la tragedia de la inmigración forzada, que afecta a tantos niños, lamentablemente no ha cesado. Se menciona la aprobación en Italia de la ley Zampa, que se refiere a la acogida y protección de los niños extranjeros que llegan sin padres o adultos de referencia, y la experimentación en Europa de formas de recolocación y de corredores humanitarios. Y añade:
“Sin embargo, son señales bastante tímidas. Estas buenas prácticas deberían adquirir una consistencia que no existe en la actualidad”
Las cifras del fenómeno en Europa
La mayoría de los más de doscientos mil menores no acompañados que llegaron a Europa en busca de asilo, según el informe «Protection Beyond Reach», procede de Afganistán, Siria y Eritrea y acaba quedándose en Alemania, Grecia, Italia y Suecia. No obstante, de un total de unos treinta y cinco mil solicitantes de asilo, recolocados por Grecia e Italia en los últimos cinco años, sólo ochocientos veintitrés eran menores no acompañados. Mientras tanto, las llegadas por mar a Grecia casi se duplicaron entre los años 2018 y 2019 (de treinta y dos mil a sesenta mil personas).
Niños, antes que migrantes
A la espera de que el «Pacto Asilo y Migración» que está definiendo Europa inspire nuevas medidas en este ámbito, Save the Children pide que los derechos de los niños estén en el centro de estas decisiones y que la Unión Europea y sus dirigentes se aseguren de que se tomen medidas para garantizar la seguridad de los menores vulnerables. Dice también Milano:
“Concretamente pedimos que en el Pacto haya caminos protegidos, recordando que hablamos de niños y adolescentes, antes que de migrantes y refugiados y, por lo tanto, hay derechos inalienables que Europa debe respetar para ocuparse de ellos”
Doce millones de menores refugiados en el mundo
El drama de los refugiados y de los desplazados internos, de los que tienen que abandonar sus tierras y sus hogares por necesidad, atañe al mundo entero. De ahí la afirmación de la Directora Milano al concluir:
“Es más, hay áreas mayormente afectadas que Europa. Como Save the Children, hemos estimado la existencia en el mundo de doce millones de niños refugiados que viven en campamentos superpoblados y que hoy en día también se enfrentan a la emergencia sanitaria debida a la pandemia. Y son niños que a menudo ni siquiera tienen acceso a un derecho esencial, como el de la educación y la enseñanza”