Este 8 de septiembre, en la fiesta de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María, el Papa Francisco tuiteó “María, la madre que cuidó a Jesús, también cuida con afecto y dolor materno este mundo herido”
En la fiesta de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María recordamos lo que el Papa Francisco dijo un día como el de hoy, pero del año 2014, en que dedicó su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta a la figura elegida para ser la madre de Dios.
“Podemos mirar a la Virgen, pequeñita, santa, sin pecado, pura, elegida para ser la madre de Dios, y también mirar la historia que está detrás, tan larga, de siglos”
Señor de la historia y de la paciencia
En su homilía el Pontífice comenzó recordando que “Dios es el Señor de la historia y también de la paciencia”. A la vez que destacó que Él “camina con nosotros”, de ahí que citando a Santo Tomás de Aquino, el Papa Francisco exhortó:
“El cristiano está llamado a no asustarse de las cosas grandes y a prestar atención incluso a las cosas pequeñas”
Dios no es un mago, es creador
El Santo Padre también dijo que “cuando leemos en el Génesis el relato de la creación” corremos el riesgo “de pensar que Dios haya sido un mago”. Pero “no fue así”. Y explicó que “Dios hizo las cosas – cada una – y las dejó avanzar con las leyes internas, interiores, que Él dio a cada una, para que se desarrollasen, para que llegasen a la plenitud”. De manera que “a las cosas del universo el Señor les dio autonomía”, y “no independencia”…
“De este modo la creación siguió adelante durante siglos y siglos y siglos, hasta que llegó a la forma como está hoy. Precisamente porque Dios no es mago, es creador”
La autonomía de la libertad
En cuanto al hombre, Francisco disco que el razonamiento “cambia”, puesto que al llegar a la creación del hombre, Dios le dio otra autonomía, un poco distinta, pero no independiente: una autonomía que es la libertad”. De manera que tal como explicó el Santo Padre el Omnipotente le dijo al hombre “que siga adelante en la historia”, haciéndolo “responsable de la creación, también para que domine la creación, para que la lleve adelante y llegue así a la plenitud de los tiempos”. A lo que añadió:
“La plenitud de los tiempos es lo que Él tenía en el corazón: la llegada de su Hijo”
La genealogía de Jesús
Prosiguiendo en su explicación acerca de la historia del hombre y del mundo Francisco aludió al pasaje de la carta del apóstol San Pablo a los romanos para recordar que “Dios nos ha predestinado, a todos, a conformarnos a la imagen del Hijo”, a la vez que se detuvo a considerar un pasaje del Evangelio de Mateo que presenta la genealogía de Jesús. “Y en esta lista – destacó – hay santos y también pecadores; pero la historia sigue adelante porque Dios quiso que los hombres fuesen libres”. Con todo – dijo Francisco – “el día que el hombre usó mal su libertad, Dios lo expulsó del paraíso”. Y agregó: “La Biblia nos dice que le hizo una promesa y el hombre salió del paraíso con esperanza: pecador, pero con esperanzas”.
He aquí entonces – prosiguió el Santo Padre – que este relato un poco repetitivo tiene dentro esta riqueza: Dios camina con justos y pecadores. Y si el cristiano se reconoce pecador, sabe que Dios camina también con él, con todos, para llegar al encuentro definitivo del hombre con Él.
Algo pequeñito…
Por lo demás – afirmó el Obispo de Roma – el Evangelio, que presenta esta historia desde hace siglos, acaba en algo pequeñito, en un pequeño pueblo, con esta historia de José y María. De este modo, el Dios de la gran historia está también en la pequeña historia, allí, porque quiere caminar con cada uno”. Y con Suma Teológica de Santo Tomás, el Papa recordó “una frase muy hermosa que se relaciona con esto”. Y que dice así:
“No asustarse de las cosas grandes, pero tener en cuenta las pequeñas, esto es divino”
Porque Dios “está en las cosas grandes, pero también en las cosas pequeñas, en nuestras pequeñas cosas”. Además, añadió, el Señor “es también el Señor de la paciencia”: la paciencia “que tuvo con todas estas generaciones, con todas estas personas que vivieron su historia de gracia y de pecado”. Dios – afirmó Francisco – “es paciente, Dios camina con nosotros, porque Él quiere que todos nosotros lleguemos a conformarnos con la imagen de su Hijo”.
Él camina con nosotros, como su Madre
Así, pues, el Papa se dirigió a María, en el día de la fiesta de su natividad: “Hoy estamos en la antesala de esta historia: el nacimiento de la Virgen. Y por ello al Señor pedimos en la oración que nos conceda unidad para caminar juntos y paz en el corazón”.
“Hoy, por lo tanto, podemos mirar a la Virgen, pequeñita, santa, sin pecado, pura, elegida para ser la madre de Dios, y también mirar la historia que está detrás, tan larga, de siglos”
De aquí algunas preguntas fundamentales que planteó el Santo Padre: “¿Cómo camino yo en mi historia? ¿Dejo que Dios camine conmigo? ¿Permito que Él camine conmigo o quiero caminar solo? ¿Dejo que Él me acaricie, me ayude, me perdone, me conduzca hacia adelante para llegar al encuentro con Jesucristo? Porque precisamente esto – destacó – será el final de nuestro camino: encontrarnos con el Señor”.