El Papa Francisco celebrará en el Vaticano la tradicional Misa por la fiesta de la Virgen de Guadalupe el próximo 12 de diciembre.
La celebración Eucarística presidida por el Santo Padre será el sábado 12 de diciembre en el altar de la cátedra de la Basílica de San Pedro a las 11:00 a.m. (hora local) y será precedida por el rezo del Santo Rosario.
“Pese a todo lo que estamos viviendo por la pandemia, estamos muy emocionados porque el Santo Padre ha querido dedicar su apego a América Latina al rendir homenaje a la patrona de México y de todo Latinoamérica”, dijo a ACI Prensa Julio César Caballero Moreno, nuevo jefe de la oficina de la Pontificia Comisión para la América Latina (CAL).
Además, la autoridad vaticana destacó a ACI Prensa “la disposición del Santo Padre para acercarse a Latinoamérica a través de la Virgen de Guadalupe, ofreciéndole todo lo que se está viviendo en esta situación tan difícil y demostrando su acompañamiento y cercanía” y agregó que la celebración de la Misa en la festividad de la Virgen de Guadalupe “es una manifestación más de ese apego, de ese acompañamiento del Santo Padre al continente”.
El hecho de que esta tradicional Eucaristía no haya sido cancelada se trata de “un gesto concreto del Santo Padre de no dejar de homenajear a la Virgen de Guadalupe, que demuestra que tiene en su mente y su corazón el continente de la esperanza”, advirtió a ACI Prensa Julio César Caballero Moreno.
Por ello, en la Misa de la festividad de la Virgen de Guadalupe, patrona de México, América Latina y Filipinas se encomendará a su intercesión “estos momentos difíciles de pandemia que vive el pueblo de Dios”, informó la CAL.
Debido a las actuales medidas sanitarias en Italia para evitar más contagios del coronavirus “no se realizará una celebración multitudinaria, sino que se contará con una representación diplomática de los países de América Latina ante la Santa Sede, una delegación de los colegios con seminaristas y sacerdotes latinoamericanos que estudian en Roma, y una representación de la comunidad latinoamericana a través de su capellanía”.
Como en otras ocasiones, la Misa será animada por los coros de los Pontificios Colegios Pío Latinoamericano y Pío Brasileño, acompañados por el Coro de la Capilla Sixtina.
“La festividad de Nuestra Señora de Guadalupe será un momento especial de oración comunitaria, a los pies de la Virgen morenita, para suplicar por nuestros pueblos y naciones”, señaló la CAL.
El 12 de diciembre de 2019 el Papa Francisco recordó que “María es Madre nuestra, es Madre de nuestros pueblos, es Madre de todos nosotros, es Madre de la Iglesia, pero es figura de la Iglesia también. Y es madre de nuestro corazón, de nuestra alma”.
Además, el 12 de diciembre de 2018 el Santo Padre explicó que “en la escuela de María aprendemos a estar en camino para llegar allí donde tenemos que estar: al pie y de pie entre tantas vidas que han perdido o le han robado la esperanza”.
Visita papal a la Virgen de Guadalupe
El Papa Francisco visitó la Basílica de Guadalupe el 13 de febrero de 2016, ocasión en la que pudo rezar en silencio frente a la imagen de la Virgen y celebró una Eucaristía en “la Villa”.
En aquella ocasión, el Santo Padre señaló que “así como se hizo presente al pequeño Juanito, de esa misma manera se sigue haciendo presente a todos nosotros; especialmente a aquellos que como él sienten que no valían nada”.
“Ella nos dice que tiene el ‘honor’ de ser nuestra madre. Eso nos da la certeza de que las lágrimas de los que sufren no son estériles. Son una oración silenciosa que sube hasta el cielo y que en María encuentra siempre lugar en su manto. En ella y con ella, Dios se hace hermano y compañero de camino, carga con nosotros las cruces para no quedar aplastados por nuestros dolores”, explicó el Papa durante su visita a México en 2016.
Además, el Papa Francisco lanzó una invitación a ser “embajadores” de la Virgen de Guadalupe. “¿Acaso no soy yo tu madre? ¿No estoy aquí? No te dejes vencer por tus dolores, tristezas, nos dice. Hoy nuevamente nos vuelve a enviar, como a Juanito; hoy nuevamente nos vuelve a decir, sé mi embajador, sé mi enviado a construir tantos y nuevos santuarios, acompañar tantas vidas, consolar tantas lágrimas. Tan solo camina por los caminos de tu vecindario, de tu comunidad, de tu parroquia como mi embajador, mi embajadora; levanta santuarios compartiendo la alegría de saber que no estamos solos, que ella va con nosotros”.
“Sé mi embajador, nos dice, dando de comer al hambriento, de beber al sediento, da lugar al necesitado, viste al desnudo y visita al enfermo. Socorre al que está preso, no lo dejes solo, perdona al que te lastimó, consuela al que está triste, ten paciencia con los demás y, especialmente, pide y ruega a nuestro Dios”, invitó en México el Papa.