La Iglesia en España celebra este miércoles 16 de diciembre una jornada de ayuno y oración para pedir respeto a la vida humana frente a la inminente aprobación de la ley de eutanasia.
La ley de eutanasia en España está más cerca que nunca. Superado el último trámite el pasado 10 de diciembre para su debate y aprobación en el Congreso de los Diputados, la preocupación social ante el avance de la eutanasia es máxima.
Los críticos a la ley advierten de una expansión de la cultura del descarte y de la muerte, como se ha visto en otros países europeos donde la eutanasia es legal desde hace años, (como Bélgica, Países Bajos o Luxemburgo).
Una cultura de la muerte que mostraría toda su crueldad con los más frágiles, con los que sufren, ancianos y enfermos a los que se les propondría la eutanasia como solución a sus sufrimientos, por delante de los cuidados paliativos.
De hecho, basta con mirar a las redes sociales para ver que el debate está viciado y manipulado y que se presenta como una opción entre “muerte digna” (eufemismo para referirse a la eutanasia) y morir con dolor, como si no existieran los cuidados paliativos.
Frente a esta cruda realidad, la Iglesia en España busca luchar con el arma más poderosa que tiene: la oración.
Según informó la Conferencia Episcopal Española en una nota de prensa, el objetivo de la jornada de ayuno y oración es “pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana”.
Los Obispos españoles muestran su sorpresa por el hecho de que la tramitación de esta polémica ley se haya “realizado de manera sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público”.
Por ese motivo, frente a la ley, proponen “la promoción de los cuidados paliativos, que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor y al acompañamiento integral, por tanto, también espiritual, a los enfermos y a sus familias”.
“Este cuidado integral alivia el dolor, consuela y ofrece la esperanza que surge de la fe y da sentido a toda la vida humana, incluso en el sufrimiento y la vulnerabilidad”.
La Conferencia Episcopal Española pide que la jornada de ayuno y oración se celebre en todas las parroquias españolas. Algunas diócesis, como la de Alcalá de Henares, también han convocado al rezo del Rosario y a la exposición del Santisimo.
El Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia, presidirá a las 07:00 p.m. (hora local) la vigilia “pidiendo que, en el último minuto, pueda suspenderse o no se apruebe” la ley de eutanasia.
El Arzobispo de Valencia invitó a unirse a la vigilia de oración “a los hermanos de otras confesiones cristianas y de otras tradiciones religiosas” y rechazó la nueva ley por “cruel e inhumana”.
Una vez que el proyecto de ley de eutanasia ha superado el filtro de la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, ahora debe ser sometida a debate por la cámara y votada.
Para poder aprobarse, debe alcanzar la mayoría absoluta de los votos de los diputados, es decir, un mínimo de 176 votos. Los partidos en el Gobierno, el PSOE (socialistas) y Unidas Podemos (comunistas), carecen de esa mayoría, tienen 165 escaños.
Sin embargo, cuentan con el respaldo de otros pequeños partidos de izquierda e independentistas que ya han mostrado su voluntad de apoyar la ley y alcanzar así la necesaria mayoría absoluta.
Una vez aprobada en el Congreso de los Diputados, la nueva ley aún deberá pasar por el trámite de la aprobación en el Senado antes de su publicación en el Boletín Oficial del Estado para su definitiva entrada en vigor.
Ese trámite, previsiblemente se superará también con facilidad, ya que los partidos políticos que sustentan al gobierno, y sus aliados, también cuentan con la mayoría absoluta del Senado.
La nueva ley de la eutanasia prevé que el suicidio asistido se incluya como prestación en el Sistema Nacional de Salud y que, por lo tanto, se pueda solicitar de forma gratuita.
La ley permitirá que la eutanasia se practique en el mismo domicilio del solicitante y, por lo tanto, también en las residencias de ancianos o en el centro donde el enfermo tenga su residencia habitual.
En el debate previo a la admisión de la ley para su votación en el Congreso de los Diputados, los partidos de la oposición, en especial el Partido Popular y Vox, advirtieron de los riesgos de la ley que definieron como “un ejercicio de ingeniería social”.
El diputado José Ignacio Echániz, del Partido Popular, afirmó que la despenalización de la eutanasia es “injusta, inoportuna e inconstitucional”. Con su aprobación, advirtió, se está cruzando “una línea roja” que tendrá graves consecuencias contra “los más débiles e indefensos” y que “acabará chantajeando a los más vulnerables”.
Echániz denunció que, en las consultas para elaborar la Ley, se marginó a determinados expertos y organismos, como el Comité de Bioética, que habían pedido comparecer para explicar a los grupos parlamentarios las consecuencias de la eutanasia.
El diputado del Partido Popular también criticó que se de prioridad a una Ley de Eutanasia y no a una ley sobre cuidados paliativos. Ello se debe, según su opinión, a que “Saben que con unos cuidados paliativos de calidad, la eutanasia se queda sin clientes. ¿Dónde está la libertad de elegir cuando no hay alternativa?”.