El Santo Padre Francisco recibió en la Sala Clementina a los estudiantes del «Theologisches Studienjahr» de la Abadía de la Dormición de la Santísima Virgen María en Jerusalén. A ellos les alentó: “Será su tarea entrar en diálogo con un mundo donde parece haber cada vez menos espacio para la religión”.
“Será su tarea entrar en diálogo con un mundo donde parece haber cada vez menos espacio para la religión”: palabras de aliento al compromiso pronunció el Pontífice para los estudiantes del «Theologisches Studienjahr» de la Abadía de la Dormición de la Santísima Virgen María en Jerusalén, a quienes recibió en la mañana del 18 de diciembre en la Sala Clementina del Vaticano. Debido a la actual pandemia, los estudiantes debieron este año, por primera vez, llevar a cabo su programa de estudios en el Pontificio Ateneo Sant’Anselmo de Roma.
El Studienjahr – les dijo el Papa – es una oportunidad para que los estudiantes de teología católicos y protestantes conozcan los lugares bíblicos y se encuentren con las iglesias orientales, así como con el mundo judío e islámico. Y “aunque este año no puedan vivir la experiencia en Tierra Santa, estando casi en el ‘exilio’”, “el estudio profundo de la Sagrada Escritura, el ecumenismo y el diálogo interreligioso seguirán siendo siempre una característica distintiva de su programa”.
Siendo “testigos para sus coetáneos y para los hombres y mujeres de hoy de la importancia de Dios en la vida y de la plenitud que dona una fe vivida”, el Pontífice señaló a los estudiantes que “será su tarea entrar en diálogo con un mundo donde parece haber cada vez menos espacio para la religión”.
Una tarea, afirmó, que se comparte “con todos los creyentes de las diferentes religiones, sabiendo que hacer presente a Dios es un bien para nuestras sociedades”, puesto que “las religiones ofrecen una valiosa contribución para la construcción de la fraternidad y para la defensa de la justicia en la sociedad”. “Creemos – afirmó Francisco citando Fratelli tutti – que cuando por diversas razones se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se acaba por adorar ídolos, y enseguida el hombre se pierde a sí mismo”.
Con la esperanza de que el «Theologisches Studienjahr» sea una etapa importante en el camino formativo, espiritual y humano de los jóvenes, y que pronto tengan la oportunidad de conocer de cerca la «tierra prometida», el Sumo Pontífice les recordó, igualmente, que “cuando celebremos la Santa Navidad dentro de una semana, todos seremos peregrinos en espíritu a la gruta de Belén”.
“Que el Emmanuel los llene de su alegría y paz, y los haga verdaderos testigos del Dios-con-nosotros”, los saludó, invocando bendiciones para ellos y extendiéndolas a todos sus seres queridos.