Un nuevo signo «de la cercanía y del gran amor» del Papa por el pueblo mozambiqueño y, en particular, por los habitantes de la martirizada región de Cabo Delgado: este – refiere hoy a Vatican News Monseñor Luiz Fernando Lisboa, Obispo de Pemba – es el significado del encuentro celebrado ayer en el Vaticano con el Papa Francisco.
Durante la audiencia, que duró unos 40 minutos, el prelado habló con el Papa sobre la grave situación humanitaria en esta región septentrional de Mozambique, donde desde hace algunos años se producen violentos enfrentamientos armados, con la infiltración de milicianos islamistas, por el control de los recursos naturales: en 2010 se descubrió frente a la costa uno de los mayores depósitos de gas natural líquido de África. Las consecuencias del conflicto las está pagando la población civil: en los últimos tres años han perdido la vida al menos 2000 personas. Los desplazados – dijo Monseñor Lisboa – son unos 600.000. En Pemba son 150.000. El obispo recordó que recientemente Francisco ha enviado a la Diócesis un apoyo económico para aquellos que han tenido que dejar sus hogares.
El prelado recordó el llamamiento lanzado por el Papa en Pascua, en el mensaje Urbi et Orbi del 12 de abril, cuando invitó a no olvidar esta grave crisis humanitaria. Y recordó que el Pontífice se puso en contacto con él por teléfono en agosto pasado, expresando una vez más su dolor y cercanía. En esa ocasión, Monseñor Lisboa le dijo: «Santo Padre, usted ha puesto a Cabo Delgado en el mapa del mundo». Francisco ya había hablado de esta situación durante su viaje apostólico a Mozambique en septiembre del año pasado. Su intervención -subraya el prelado- es fundamental porque internacionaliza esta crisis y ayuda a que otros se sientan responsables de dar una respuesta. De hecho – señaló – la ayuda está llegando de varias partes del mundo.
El Papa – concluyó el obispo de Pemba – continúa siguiendo de cerca los acontecimientos y reza constantemente por la población que sufre.