“Adoremos hoy al Señor a través del servicio, acompañando a todos los que sufren la Pandemia, pero también a todos los que sufren la pobreza, que tienen ausencia de trabajo, que viven desolados, que viven solos y necesitados, especialmente a nuestros niños y a los más pequeños de este mundo y de esta ciudad de Lima”, fueron las palabras del Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo en la misa celebrada el domingo 3 de enero 2021 en la catedral, ante la celebración de la Epifanía del Señor.
La búsqueda de la nueva estrella
Remitiéndose al Evangelio de Mateo el prelado explicó que el Niño Jesús además de nacer en el corazón de una ciudad pobre, también se enfrentaba a las ambiciones personales del Rey Herodes, que “temblaba ante la posibilidad de la aparición de alguien que sea una alternativa de búsqueda nueva para renovar la vida de los israelitas, para hacer justicia en la humanidad y llenarla de amor”.
“Hoy – agregó – estamos llamados a la búsqueda de algo nuevo en el mundo, de una nueva estrella que sea como la guía de nuestras vidas hacia el Señor y podamos guiar a toda la humanidad en un sentido distinto al egoísmo”.
Establecer relaciones fraternas
El Primado del Perú hizo referencia además a las palabras del Papa Francisco durante la Celebración de la 54 Jornada Mundial de la Paz, para recordar que no se puede hablar de paz si no se cuida de los demás, especialmente a los más frágiles:
“No habrá verdadera paz mientras en el mundo no se establezcan relaciones de hermandad, capaces de ayudarnos mutuamente con delicadeza”
En otro momento de su homilía monseñor Castillo se detuvo en el significado de los regalos de los Reyes Magos, en los que “está incluida la misión que Dios da a Jesús, pero simultáneamente, la misión que estos buscadores sienten que debe tener ese niño para los pueblos de la tierra: el oro que es para el gobernante; el incienso que es para el altar, para Dios; y la mirra que es para el profeta que anuncia el Evangelio y muere por anunciar el Evangelio”.
“Jesús ha venido para todos, no solamente para algunos, inclusive para los más pecadores, los más revoltosos y los más enredados. Él ha venido para ayudarnos a salir adelante y encontrar todo lo bello que tiene nuestra humanidad, ha venido a darnos vida, para reparar las heridas”
Subrayando que la Iglesia necesita volver a crecer y redefinirse para abrirse nuevamente a los demás pueblos, el Arzobispo de Lima concluyó:
“Que encomendados a los Reyes Magos, estemos dispuestos a poder abrir nuestros brazos a todos los que son lejanos. Que Dios nos bendiga, nos haga anchos de visión y nos haga ver las maravillas que hay en el mundo, porque en la diversidad de culturas, de búsquedas, hay algo bueno en todos los seres humanos.”
Escuche la Homilía de Monseñor Carlos Castillo