Mons. Salvatore Cordileone, Arzobispo de San Francisco (Estados Unidos), pidió a la alcaldesa de la ciudad, London Breed, que “como mínimo, elimine los límite excesivos para el culto público en espacios abiertos” para evitar el contagio del coronavirus.
En una carta enviada el 31 de agosto a la alcaldesa y otras autoridades locales, el Arzobispo destacó la importancia de la Eucaristía y dijo que “hemos mostrado que podemos celebrar la Misa con seguridad”.
El departamento de salud del condado de San Francisco limita actualmente el culto público a 12 personas, mientras que el culto en lugares cerrados sigue prohibido.
Mons. Cordileone consideró que las restricciones de la ciudad para las misas públicas es “una seria privación de nuestros derechos como estadounidenses, bajo la Primera Enmienda, y de nuestras necesidades espirituales como personas de fe”.
La Primera Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, vigente desde 1791, prohíbe la creación de leyes que establezcan oficialmente una religión, que impidan la práctica libre de la misma, que reduzca la libertad de expresión, que vulnere la libertad de prensa y que interfiera con el derecho de reunión pacífica, entre otros derechos.
“San Francisco es el único gobierno de toda el área de la bahía que restringe las reuniones públicas abiertas a 12 personas. Nuestra fe y la de otros es tratada como menos importante que una ida a la ferretería o una cena en un lugar abierto”, dijo Mons. Cordileone en su carta.
Mons. Cordileone citó un artículo sobre la asistencia a Misa y el Covid-19, de los médicos Thomas McGovern, Timothy Flanigan, y Paul Cieslak publicado el 19 de agosto en Real Clear Science.
Los expertos explicaron que, en un lapso de 14 semanas, alrededor de 17 mil parroquias celebraron tres o más misas cada fin de semana, así como servicios diarios, con lo que se ha tenido más de 1 millón de misas públicas en Estados Unidos desde que se levantó la cuarentena.
Siguiendo las instrucciones sanitarias, estas misas han evitado el contagio del coronavirus. Los médicos dijeron que no hay evidencia de que los servicios en las iglesias tengan un riesgo mayor a actividades similares si se siguen los protocolos respectivos.
Algunas parroquias en San Francisco, incluyendo la Catedral de Santa María de la Asunción, han celebrado misas simultáneas en espacios públicos para adaptarse al límite de 12 personas.
La alcaldía de San Francisco ha monitoreado de cerca las iglesias católicas en la ciudad y ha dado a conocer varias advertencias a la Arquidiócesis por supuestas violaciones a las normas sanitarias.
En julio, la Arquidiócesis dijo a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, que había hecho un esfuerzo por cumplir con las normas sanitarias, pese a la confusión ocasional y a los cambios de último minuto en algunas órdenes de salud.
En un memorándum el 30 de julio, Mons. Cordileone exhortó a sus sacerdotes a ser lo más diligentes que se pueda al administrar los sacramentos, incluyendo la celebración de la Misa en espacios abiertos; y que la Confesión se haga de la manera más segura posible.
El Arzobispo indicó que la ciudad permite a las tiendas por departamento que operen con el 50% del aforo, mientras que los cristianos tienen prohibido reunirse en sus iglesias, incluso usando mascarillas y manteniendo la distancia social necesaria.
En los últimos meses, en San Francisco se han realizado diversas protestas, incluyendo una a finales de junio que terminó con la destrucción de una imagen de San Junípero Serra por parte de alrededor de un centenar de personas.
El Arzobispo de San Francisco resaltó finalmente que “un evento de culto público en un espacio abierto es mucho más seguro que una protesta, ya que la gente está quieta, se respeta la distancia social y los participantes usan mascarillas”.