Cada 21 de noviembre la Iglesia celebra la memoria de la Presentación de la Santísima Virgen María. En esta fecha se recuerda el episodio, recogido por la tradición, según el cual María fue llevada a los tres años al templo de Jerusalén por sus padres, San Joaquín y Santa Ana, para ser instruida en la religión del pueblo de Israel.
Allí sería recibida junto a otras doncellas por el Sumo Sacerdote. De esta manera, María, aprendería desde pequeña el valor y el sentido de las promesas de Dios sobre la llegada del Mesías.
Esta celebración evoca la consagración que la Virgen hizo de sí misma a Dios, entrega prefigurada en su concepción inmaculada y que se va realizando a lo largo de su vida en sintonía con los designios del Espíritu Santo. Por eso, decimos de María que es «La Llena de Gracia».