Guadalajara, México (EFE).Ian Emanuel González Santos, un adolescente superdotado, es el biólogo molecular más joven del mundo, tras concluir con solo 12 años de edad la Maestría en Biología Molecular en una universidad mexicana, esto mientras compite como atleta de alto rendimiento.
Es admirador del jugador portugués Cristiano Ronaldo, tiene dos gatos como mascotas, le gusta el “parkour”, la música electrónica y el pop, además de pasar su tiempo libre en el videojuego “Grand Theft Auto V”. El chico de 12 años es inquieto como cualquier adolescente, pero, a la vez, fuera de lo común.
A los 18 meses tenía el vocabulario de un adulto, a los 3 años aprendió a leer, a los 6 fue diagnosticado con alto coeficiente intelectual y a los 9 acreditó de una sola vez la educación primaria, la secundaria y la preparatoria para ingresar a la licenciatura en Químico Farmacéutico Biólogo, en el campus de ciencias exactas de la Universidad de Guadalajara (oeste de México).
“Desde muy pequeño tenía conocimientos de química, microbiología, hematología, biología, molecular, participé también en concursos de química en general, gané el primer y segundo lugar y en ese punto dije: necesito aprender más, necesito profundizar; acredité todos mis grados y empecé a buscar una carrera que tuviera todas estas ramas involucradas”, dijo el joven en una entrevista con EFE.
En medio de científicos experimentados y estudiantes que le doblaban la edad, Ian se abrió paso en un mundo que cada vez le cautivaba más, tanto que a mitad de la carrera pudo matricularse en la maestría en un intento por saciar su avidez de conocimiento.
Su madre, Sandra Santos, ha sido su cómplice para abrirle espacios educativos y buscó los apoyos necesarios para que pudiera cursar la maestría al mismo tiempo que la licenciatura.
“Culminada la maestría yo tenía unos conocimientos tan maravillosos, tan increíbles y se complementó perfectamente con lo que me enseñaron en las materias de biología molecular y genética, o sea, tenía muchas dudas y profundizar todavía más se me hacía algo tan maravilloso, le doy las gracias a mi mamá y a todo lo que aprendí porque así tuve más conocimientos, más preguntas y he aprendido mucho más”, expresó.
De la licenciatura y la maestría se graduó con honores, pero siempre le interesó hacer investigación científica. Recientemente colabora con un académico de su campus en una investigación para buscar la manera de degradar el plástico PET mediante una bacteria.
“Me estoy esmerando mucho para que esto dé frutos y también para poder apoyar en algo a la humanidad, para tener un artículo publicado, aunque sea como como ayudante de con investigador por así decirlo, aunque no sea un gran paso”, declaró.
Su alto coeficiente intelectual no ha librado a Ian de obstáculos y de malos ratos. El chico enfrentó el acoso escolar de sus compañeros de clase durante los pocos años que estudió la primaria y a docentes que no respondían a sus inquietudes, ni lograban darle los conocimientos que su mente necesitaba.
Frente a un sistema escolar tradicional en el que el alumnado es tratado por igual, el joven dejó la primaria cuando cursaba el cuarto grado y se dedicó a estudiar con su mamá en casa para lograr acreditar sus estudios de forma independiente. También tomaba cuanto curso de ciencia le interesaba, lo que obligó a su familia a dejar su natal Puerto Vallarta, contó su madre a EFE.
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