Tal como informa un comunicado emitido tras las explosiones en Beirut, la asignación de la Presidencia de la CEI se destinará a apoyar «los planes de intervención de emergencia de Caritas Líbano, a través de Caritas Italiana, para los próximos 12 meses».
Un millón de euros, procedente de los fondos del 8×1000, es la asignación decidida por la presidencia de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) para ayudar al pueblo del Líbano, afectado, el 4 de agosto, por una explosión en un almacén del puerto de Beirut.
Urgente atender a los heridos
Más de cien víctimas constatadas hasta ahora y al menos 4 mil heridos causados por la deflagración. «Según un presupuesto provisional -se lee en la nota de la CEI- también habría cientos de miles de personas desplazadas y daños considerables en las viviendas y la infraestructura».LEA TAMBIÉN05/08/2020
Las necesidades más urgentes son, por lo tanto, «la atención de la salud para los heridos, la alimentación, el agua, la vivienda para las personas desplazadas, el apoyo psicosocial para los más vulnerables». Específicamente, la asignación de la Presidencia de la CEI se destinará a apoyar «los planes de intervención de emergencia de Caritas Líbano, a través de Caritas Italiana, para los próximos 12 meses».
Reparar las viviendas
Caritas, de hecho, ya está prestando los primeros auxilios y planea seguir haciéndolo en los próximos meses. Además, se apoyarán «las intervenciones para la reparación de viviendas, las acciones de rehabilitación, el acompañamiento y el apoyo a los ingresos de los sectores más pobres y vulnerables de la población». Todo esto es también gracias «a una amplia movilización de voluntarios locales».
La CEI recuerda, pues, que este «desastre afecta a un país ya doblado por una fuerte crisis financiera, económica y social, exacerbada en el último año y que ha reducido a muchas familias a la pobreza»: más de una cuarta parte de la población vive, de hecho, con «menos de 5 dólares al día». Expresando, por último, «condolencias y cercanía» a los habitantes del Líbano», la Iglesia italiana reza por las víctimas, sus familias y los heridos, para que el país «con el compromiso de las autoridades políticas y religiosas y de la sociedad en su conjunto, pueda superar el sufrimiento de estos días».