Un primer signo concreto de la cercanía de Francisco, una donación de 250.000 euros, llega a la sufrida población del Líbano devastada por las violentas explosiones del 4 de agosto, a través de la Iglesia local. Desde la Nunciatura a Caritas hasta las miles de familias de víctimas, heridos y desplazados.
El Santo Padre ha enviado a través del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, una primera ayuda de 250.000 euros para atender las necesidades de la Iglesia libanesa en estos momentos de dificultad y sufrimiento. Esta donación quiere ser un signo de la atención y cercanía de Su Santidad hacia la población afectada y de su cercanía paternal a las personas que se encuentran en graves dificultades.
La ayuda fue transmitida a través de la Nunciatura Apostólica de Beirut y se utilizará para atender a los afectados por la terrible explosión del puerto, que causó varias muertes y cientos de miles de heridos y desplazados, al tiempo que destruyó edificios, iglesias, monasterios e instalaciones civiles y sanitarias. Frente a las necesidades urgentes, las estructuras católicas, a través de los centros de recepción de desplazados, junto con la acción de Caritas Líbano, Caritas Internationalis y varias organizaciones hermanas de Caritas, ya han dado una primera respuesta de ayuda de emergencia.
Todos nos sumamos a la invitación del Papa Francisco, expresada durante su Audiencia General del 5 de agosto pasado: «rezamos por las víctimas y sus familias; y rezamos por el Líbano para que, con el compromiso de todos sus componentes sociales, políticos y religiosos, pueda hacer frente a este trágico y doloroso momento y, con la ayuda de la comunidad internacional, superar la grave crisis que atraviesa«.