El purpurado australiano volvió a Roma en los últimos días. En abril de este año fue absuelto unánimemente de los cargos de abuso de menores por el Tribunal Superior de Australia. Estuvo en prisión por más de 400 días.
El Papa recibió hoy en audiencia al cardenal George Pell y saludándolo le agradeció por su testimonio. El cardenal australiano de 79 años, Prefecto Emérito de la Secretaría para la Economía (2014-2019), regresó a Roma en los últimos días. Había dejado el Vaticano en julio de 2017 para afrontar el juicio por abuso de menores. El Papa Francisco le había concedido un período de permiso para defenderse de las acusaciones.
El juicio a Pell: condena en primera instancia
Repasemos sintéticamente el Hagamos el proceso del juicio. Pell fue acusado formalmente en 2017 por abuso de menores cometido en dos ocasiones diferentes en 1996 y 1997 cuando era arzobispo de Melbourne. La primera audiencia del juicio tuvo lugar en julio de ese año. El Tribunal de Melbourne lo declaró culpable en primera instancia en diciembre de 2018. Fue trasladado a prisión en febrero de 2019 y condenado a seis años de detención. Está en régimen de aislamiento.
Pell: «Soy inocente»
El purpurado se declara inocente: define el crimen del que se le acusa como un crimen horrible e intolerable y contra el que luchado. Sus abogados apoyan la irracionalidad del veredicto basado en pruebas improbables.
La Santa Sede: esperar la comprobación definitiva de los hechos
La Santa Sede, a través de un comunicado de la Oficina de Prensa, afirma el máximo respeto por las autoridades judiciales australianas y precisamente en nombre de este respeto espera el resultado del proceso de apelación, recordando que el Cardenal proclama su inocencia y tiene derecho a defenderse hasta el último grado. Se reafirma el fuerte compromiso de la Iglesia en la lucha contra los abusos. Para garantizar el curso de la justicia, el Papa confirma las medidas cautelares ya dispuestas para Pell por el ordinario local a su regreso a Australia, «es decir, que en espera de la verificación definitiva de los hechos, se prohíba al cardenal, como medida cautelar, el ejercicio público de su ministerio y, como es norma, el contacto en cualquier forma y modo con menores de edad». Los obispos australianos invitan a los católicos, fuertemente conmocionados por el asunto, a no sacar conclusiones definitivas antes de que se complete el proceso judicial.
Confirmada la condena en la apelación. Pero un juez no está de acuerdo
En junio de 2019, en el Tribunal de Apelación del Estado de Victoria, comienza la segunda fase del juicio: la defensa habla de un veredicto irrazonable y de defectos de procedimiento en primera instancia. En agosto de 2019 la sentencia: con la mayoría de dos jueces contra uno, la sentencia es confirmada. El juez discordante, Mark Weinberg, se opone firmemente al veredicto en base al principio de que no se puede condenar a una persona si las pruebas no demuestran su culpabilidad más allá de toda duda razonable, de lo contrario es probable que se condene a una persona inocente. El juez disidente, Mark Weinberg, se opone firmemente al veredicto sobre el principio de que no se puede condenar a una persona si las pruebas no demuestran su culpabilidad más allá de toda duda razonable, de lo contrario es probable que se condene a una persona inocente.
La Santa Sede: esperar el final del juicio
También en este caso, la Santa Sede, a través de un comunicado, reafirma su respeto por la magistratura australiana, pero permanece a la espera nuevos avances en el proceso judicial, recordando que Pell proclama su inocencia.
El Tribunal Supremo absuelve a Pell por unanimidad
En marzo de 2020, el caso Pell llega al Tribunal Superior de Australia, el último nivel de sentencia. Los jueces admiten la petición del cardenal por los motivos expuestos por Mark Weinberg. El 7 de abril de 2020, el Tribunal Superior, compuesto por siete jueces, criticando las incoherencias del fallo del Tribunal de Apelación, absuelve por unanimidad al cardenal Pell porque existe una razonable posibilidad de que el delito no se haya cometido y, por tanto, existe una posibilidad significativa de que se pueda condenar a una persona inocente. El cardenal sale de la cárcel después de más de 400 días de detención.
Pell: la justicia significa verdad para todos
Pell afirma que la grave injusticia que sufrió ya ha sido superada y que no tiene ningún resentimiento hacia la persona que lo acusó. El juicio – subraya – no fue un referéndum sobre la Iglesia Católica ni un referéndum sobre cómo las autoridades de la Iglesia de Australia trataron el delito de pedofilia: «El punto – añade – era si yo había cometido o no estos terribles crímenes y no los cometí». Espera que su absolución no añada más dolor: «La única base para la curación a largo plazo es la verdad y la única base de la justicia es la verdad, porque justicia significa la verdad para todos». El cardenal agradece a todos los que han rezado por él y lo han ayudado y consolado en este difícil momento. Expresa su gratitud a sus abogados que han trabajado con firme determinación para hacer prevalecer la justicia y arrojar luz sobre una oscuridad prefabricada demostrando la verdad.
El Papa reza por aquellos que sufren por sentencias injustas
Pocas horas después de la noticia, el Papa Francisco, durante la misa en Santa Marta transmitida en streaming a cauda de la pandemia, sin mencionar el asunto Pell, dice: «En estos días de Cuaresma hemos visto la persecución que sufrió Jesús y cómo los doctores de la ley se ensañaron contra él: fue juzgado con saña, con ensañamiento, siendo inocente. Me gustaría rezar hoy por todas las personas que sufren un juicio injusto por el ensañamiento».
La Santa Sede acoge con complacencia la absolución
La absolución es saludada con satisfacción por la Santa Sede, que – en un comunicado – afirma que siempre ha confiado en la autoridad judicial australiana. Pell, se subraya, «al someterse al juicio de la judicatura siempre ha reiterado su inocencia, esperando que la verdad fuera comprobada».