Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, visita China Continental dos meses después del establecimiento de relaciones diplomáticas con ese país y a dos días de la apertura de la sede de su representación en Tegucigalpa. En medio de las expectativas que la nueva relación genera, también hay voces de expertos que llaman al gobierno, a los empresarios y demás sectores de la sociedad civil a tener cautela y no tropezar con los mismos errores que han cometido otros países latinoamericanos, cuya relación les ha dejado maltrechos.
– China tiende a vincular entre sí los intereses económicos, políticos y militares y a eso se le llama “infraestructura de doble uso”, advirtió Lazarus.
– La opacidad, el pago de sobornos, corrupción y las fallas en las obras son algunos tragos amargos que les ha tocado pasar a países de la región en su relación con China.
– Seguramente la relación entre China y Honduras puede dejar beneficios económicos, pero hay que medir el costo, advirtió el académico.
En ese contexto, el profesor Leland Lazarus, un experto técnico en relaciones entre China y América Latina y director asociado de investigación en Jack D de la Universidad de la Florida, Instituto Gordon de Políticas Públicas, refiere que el nuevo vínculo establecido entre Honduras y China, seguramente generará algún bienestar económico al país centroamericano, en tanto encuentra una ruta apetecida para productos como banano, café, frutos del mar entre otras exportaciones tradicionales o no que salen de las tierras catrachas.
Pero esto, – dice Leland Lazarus-, sólo es un asomo de bienestar sino se logra tener claridad de cómo debe manejarse la relación de Honduras con China, considerando las experiencias nada agradables que han dejado una huella negativa del gigante asiático en países africanos, en el Medio Oriente, Asia y especialmente en Latinoamérica, donde los efectos del extractivismo, la opacidad en los negocios y la corrupción son parte de una agenda nada agradable.
El profesor Lazarus ha estudiado y conoce innumerables ejemplos en la región y fácilmente cita el caso de Ecuador en el que recuerda como compañías chinas que han trabajado en obras de infraestructura, generación de energía y otros rubros específicos, han dejado un lastre de malas obras, además de una estela de presunta corrupción.
Para poner un ejemplo, recordó la construcción del proyecto de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, de 1,500 megavatios de potencia, en el centro de las investigaciones de la Fiscalía ecuatoriana no solo por las innumerables fallas que apuntan a que deberá ser reconstruida casi totalmente, sino también por el presunto pago de sobornos. Esta obra fue construida por la empresa china Sinohydro, misma corporación que construyó el proyectos Patuca III en Honduras y que presenta igualmente un historial bastante opaco, dijo el entrevistado.
Los reportes técnicos sobre Coca Codo Sinclair ponen en riesgo la integridad de la obra y sobre todo las vidas de los que allí trabajan. Mientras los pendientes atribuidos a las fallas de construcción no encuentran eco en Sinohydro ni tampoco la colaboración del gobierno chino en los procesos que se siguen para aclarar la situación y despejar los nubarrones que le envuelven.
Siempre en el mismo Ecuador, Leland Lazarus citó como otro problema la pesca ilegal que los barcos chinos efectúan en las aguas ecuatorianas y especialmente en zonas protegidas como las Islas Galápagos. Cada año, Ecuador monitorea la flota pesquera extranjera, especialmente china que se adentra en la llamada Zona Económica Exclusiva de Galápagos. La flota pesquera china es considerada la más grande del mundo y según los hechos, ellos pescan ilegalmente y sin importar llevarse en sus redes a especies protegidas o en peligro de extinción.
No sería extraño que de esa misma forma se acercaran a las costas hondureñas a hacer lo mismo, advirtió el profesor Lazarus de la Universidad de la Florida al tiempo de exhortar a las autoridades hondureñas a estar vigilantes sobre este tipo de temas que perjudican el ecosistema y a los países.
Ojo con la “infraestructura de doble uso”
Pero este académico no se quedó en los efectos al medio ambiente o la corrupción que presentan algunos proyectos chinos. Él fue más allá y habló de los riesgos en el ámbito de la seguridad del país.
En ese sentido, indicó que una de estas situaciones podría ocurrir si personal de la Policía o de otras fuerzas de seguridad de Honduras fueran capacitadas en China lo que podría generar una mayor influencia en la región.
Detalló que China tiende a vincular entre sí los intereses económicos, políticos y militares. Por ejemplo, explicó, si ellos construyen un puerto en el futuro, también ellos tienen la mirada en que sus barcos tengan el paso por esa zona.
En la práctica, usan lo que se conoce como “infraestructura de doble uso” en la que combinan intereses económicos y militares.
Ante los detalles expuestos, el académico que lidera un equipo de investigadores y pasantes que recopilan datos y análisis sobre la seguridad nacional y la gobernanza de los Estados Unidos en América Latina y el Caribe, dijo que su recomendación a Honduras es tener el mapa de las experiencias que sus vecinos y que muchos otros países en el mundo han vivido en sus relaciones con China, para que no se caiga en los mismos deslices y se afecte la economía, la seguridad y el estado de derecho en este país del istmo.
“Es importante que vean de cerca las experiencias con China que han tenido otras naciones del mundo”, remarcó.
Tampoco desconoció que hay obras chinas que generan bienestar en el caso de las que involucran energía renovable, solar o la introducción en la región de vehículos eléctricos.
“Pero hay que tener cuidado con sus propósitos militares”, volvió a referir.
La tecnología 5G, moneda de cambio ¿para qué?
Igualmente reseñó que una iniciativa para que la gigante china de telecomunicaciones Huawei implemente su tecnología 5G en Honduras desde una potencial alianza con la estatal Hondutel, pondría en riesgo la seguridad de los ciudadanos y también la del país, al tiempo que recordó que, bajo la ley de China, las empresas tienen que compartir con el gobierno la información a la que tienen acceso.
El gobierno chino ejerce un control sobre los productos de las tecnologías de la información y de la comunicación y sobre el mismo Internet y de los servicios relacionados, de sus compañías, lo que permite que pueda monitorear y controlar a la población como ha sido denunciado en países como Argentina.
Las avenidas tecnológicas exigen en general salvaguardas de los estados para autoprotegerse en temas de seguridad, así como para cuidar a sus ciudadanos y con ello, también su libertad de expresión.
Al finalizar el académico Lazarus dijo que es importante que Honduras tome nota de las lecciones que le permitirán aprender sobre experiencias vividas en Argentina, Perú, El Salvador o República Dominicana para citar algunos ejemplos.
Igualmente exhortó a las autoridades a impulsar una competencia comercial con igualdad de oportunidades, con reglas claras, transparentes y justas.
También dijo que Estados Unidos, como socio tradicional de Honduras y de la región, debe replantear sus estrategias para acercarse más a sus vecinos y hacer mayores esfuerzos para fomentar la inversión privada y generar oportunidades tanto en Honduras como en el resto de países de las Américas a fin de mitigar la desigualdad y la migración. (PD)
CCJ NOTICIAS