En el séptimo aniversario de la elección del Papa recordamos los signos concretos de Francisco durante las primeras semanas de su pontificado.

Han pasado siete años de la elección del Cardenal Jorge Mario Bergoglio para la Cátedra de Pedro. Se quiso llamara Francisco y desde aquel día conquistó a todos con su sencillez, su ternura y su espontaneidad.

En las dos primeras semanas el Papa Francisco dejó claro que no sólo traía un nuevo estilo, sino la frescura del contenido del Evangelio. Recordamos los signos de Francisco en su primer mes como Obispo de Roma y Pastor Universal de la Iglesia.

La oración del pueblo

El 13 de marzo de 2013 es la fecha del «giro franciscano». Con paso decidido y una naturalidad desconcertante, el Papa Francisco, desde el primer momento de su pontificado dejó claras varias actitudes y signos que no sólo eran un nuevo estilo o formato, sino que revelaban el contenido fresco del Evangelio.

Y así, inesperadamente, el Papa Francisco como si hubiera bajado esa noche del balcón de la Basílica de San Pedro se inclinó ante su pueblo para recibir la oración que pide la bendición de Dios. Un momento único, original e innovador, una primera gran señal para un nuevo rumbo:

«Y ahora me gustaría dar la bendición, pero antes… primero les pido un favor: antes de que el obispo bendiga al pueblo, les pido que recen al Señor para que me bendiga: la oración del pueblo que pide la bendición de su obispo. Recemos en silencio esta oración que ustedes hacen por mí». (13 de marzo de 2013).

Verbos del pontificado: caminar, construir, confesar

El día después de su elección, en la Capilla Sixtina, el Santo Padre en la primera misa que celebró como Papa junto con los que él llama «hermanos cardenales», Francisco centró su homilía en tres verbos: caminar, construir, confesar. En el centro de la vida de los discípulos de Cristo está siempre la Cruz:

«Cuando caminamos sin la Cruz, cuando construimos sin la Cruz y cuando confesamos a un Cristo sin la Cruz, no somos discípulos del Señor: somos mundanos, somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor». (Misa Pro Ecclesia, 14 de marzo).

Iglesia pobre para los pobres

Sábado 14 de marzo en el Aula Pablo VI: la noticia del día son… los periodistas… recibidos por el Papa. En una audiencia muy especial concedida por el Santo Padre a los periodistas que estaban de servicio para informar acerca del cónclave, el Papa reveló por qué eligió el nombre de Francisco, explicando que el comentario del Cardenal brasileño Hummes para no se olvidara de los pobres, fue decisivo:

«¡No te olvides de los pobres!». Y esa palabra entró aquí: los pobres, los pobres. Luego, inmediatamente en relación con los pobres, pensé en Francisco de Asís. Es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre… Ah, cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres». (Audiencia de periodistas, 16 de marzo).

Misericordia: Dios siempre perdona

Domingo 17 de marzo: el primer Ángelus del Papa Francisco en una concurrida Plaza de San Pedro llena de gente hambrienta de las palabras del Santo Padre, quien dijo en ese día que el Señor siempre nos perdona y tiene un corazón misericordioso para todos:

«Nunca se cansa de perdonar, pero a veces nos cansamos de pedir perdón. ¡No nos cansemos nunca, no nos cansemos nunca! Es el Padre amoroso que siempre perdona, que tiene un corazón misericordioso para todos nosotros. Y aprendamos también a ser misericordiosos con todos». (Ángelus, 17 de marzo).

El poder es servir

19 de marzo, Fiesta de San José: la Plaza de San Pedro se llena una vez más, esta vez también con la presencia de Jefes de Estado y de Gobierno y líderes religiosos, entre ellos el Patriarca Ecuménico Bartolomé I. El Papa Francisco celebra la misa por el comienzo de su ministerio petrino. Y centra su homilía en el tema de la «protección» del prójimo y la creación:

«No olvidemos nunca que el verdadero poder es el servicio y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su ápice luminoso en la Cruz». (Misa del solemne comienzo del pontificado, 19 de marzo).
Vivir en la esperanza

La Semana Santa se acercaba ese año 2013 y el 24 de marzo, Domingo de Ramos, más de doscientos mil fieles se reunieron en la Plaza de San Pedro para la misa. Muchos jóvenes estaban presentes. Concretamente, para ellos, el Santo Padre les dirigió unas palabras de aliento diciéndoles que vivan en la esperanza:

«Y por favor no dejen que les roben la esperanza». ¡No dejen que les la esperanza! Lo que Jesús nos da». (Domingo de Ramos, 24 de marzo).

Pastores con olor a oveja

El Jueves Santo, 28 de marzo, en la Misa Crismal con los sacerdotes de su diócesis, el Papa Francisco, en su homilía, los invitó a salir de sí mismos e ir a las periferias, físicas y existenciales, donde la gente sufre más. Pastores con olor a ovejas:

«Esto les pido: sean pastores con el olor de sus ovejas, pastores en medio de su propio rebaño y pescadores de hombres». (Misa Crismal, 28 de marzo).

Jesús resucitado transforma nuestra vida

El Domingo de Pascua, 31 de marzo, el Papa Francisco proclamó que la esperanza del cristiano nace «del amor de Jesús que venció a la muerte». «Cristo ha resucitado», anunció el Santo Padre que, en su mensaje de Pascua, animó a todas las personas a dejarse transformar por Jesús:

«Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejémonos amar por Jesús, dejemos que el poder de su amor transforme también nuestras vidas; y convirtámonos en instrumentos de esta misericordia, canales a través de los cuales Dios puede irrigar la tierra, custodiar la creación y hacer florecer la justicia y la paz. (Bendición Urbi et orbi, 31 de marzo).

Todos estos signos verbales y gestuales de profunda cercanía al pueblo de Dios, revelados en las primeras semanas del Papa Francisco en marzo de 2013, han marcado el programa de este pontificado y el futuro de la Iglesia.

CCJ NOTICIAS

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