La Organización Internacional del Trabajo habla de una tasa de desempleo récord, del 10%, en América Latina y el Caribe este año, como resultado de la pandemia del coronavirus. Entrevista con el profesor Gianni La Bella, experto en América Latina de la Comunidad de Sant’Egidio, que analiza las peculiaridades del trabajo informal en la región.

Más de 30 millones de personas en la región de América Latina están actualmente buscando trabajo. La pandemia de Covid-19 y la consiguiente recesión económica han causado el aumento del desempleo, en más de 2,5 puntos porcentuales en comparación con el año pasado. Si la situación actual muestra cifras récord para la zona, las previsiones para el futuro no son halagüeñas. La organización de la ONU advierte que la tasa de desempleo podría aumentar aún más hasta el 11,2%, incluso en presencia de un moderado retorno al crecimiento que no permitiría la recuperación del terreno perdido durante la crisis.

En su intervención por videoconferencia desde Lima, el director regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIL), Vinicius Pinheiro, dijo que América Latina y el Caribe se han visto duramente afectados por la crisis, incluso más que otros países del mundo, atribuyendo este retroceso «en gran medida a problemas estructurales preexistentes y bien conocidos» como «las grandes desigualdades sociales».

La debilidad económica de América Latina

A finales de enero, antes de que estallara la crisis del coronavirus, la petrolera ya había advertido que el número de desempleados latinoamericanos y caribeños iba a aumentar en 2020 debido al débil crecimiento económico. «Gianni La Bella, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Módena-Reggio Emilia y experto en América Latina de la Comunidad de Sant’Egidio, cuenta a Noticias Vaticanas: «A este aumento del paro hay que añadir el colapso de numerosas empresas del sector turístico y hotelero y de importantes empresas industriales».

Los efectos del desempleo en la pobreza y la desigualdad

Los datos sobre la pérdida de empleo en toda la región tienen fuertes repercusiones en la esfera social, aumentando los niveles de pobreza y las desigualdades en una situación que ya es muy difícil para los países que experimentan la debilidad de los servicios de salud y de asistencia socioeconómica para los segmentos más pobres de la población. El antídoto más importante a corto plazo, observa el profesor, debería provenir del papel de la administración pública, es decir, del Estado, y señala que el Estado en toda América Latina se encuentra en una situación de debilidad estructural a largo plazo, porque el área ha experimentado en los últimos 25 años las «curas de caballo» impuestas por la cultura neoliberal.

Un nuevo enfoque del desarrollo

«Este – continúa el experto de la Comunidad de Sant’Egidio – es el primer gran problema que produce en América Latina un estado de dificultad permanente y de aumento de la desigualdad, por lo que desde este punto de vista tal vez haya que volver a considerar la sugerencia, y esta situación revela lo profético que fue lo que está presente en la carta que el Papa escribió en abril de 2020 a los movimientos populares, pidiendo a la comunidad internacional que se centre en el estudio, por primera vez, de un salario universal que satisfaga las necesidades de esos grandes segmentos de la población que viven del trabajo informal, pensemos en el mundo de los cartoneros, de las personas que viven de la economía de las pequeñas empresas, del transporte».

El profesor destaca la peculiaridad del mundo laboral de la zona, que es un trabajo muy específico y muy pobre en garantías y protecciones, y subraya cómo el papel de la comunidad política latinoamericana, en su conjunto y a nivel nacional, es decisivo para tratar de dar respuesta a esta porción de trabajadores y es la palanca de la que debe partir un nuevo enfoque del desarrollo.

Trabajo informal y garantías

No remunerado o mal pagado, mal garantizado y sin atención especial al mundo de la mujer y la presencia de menores. Estas son las características del trabajo informal en América Latina. «Es una situación bastante traumática -dice La Bella- sin ninguna forma de garantía, ni privada ni pública. Es necesaria una política importante y el resurgimiento de la voz y el papel del movimiento sindical, que en América Latina está casi extinguido y esta es otra debilidad del mercado laboral».

El problema afecta a toda el área de América Latina y el Caribe, a pesar de las pequeñas e insignificantes micro-realidades, porque cuando hablamos de América Latina, concluye el profesor, debemos tener en cuenta a países importantes como Argentina, Brasil, Ecuador, Colombia, México, gigantes que navegan con poblaciones de 80 a 200 millones de personas, donde este fenómeno afecta a la gran mayoría de la población: «Piensa en Brasil o México, que son dos países desde este punto de vista los más afectados por esta situación, yo diría que el 80% del trabajo aquí es informal y, aunque se paga dentro de las estructuras productivas e industriales, los defectos se reproducen de la misma manera, es decir, no hay protecciones y formas de garantía. Y esto hace que el mercado laboral sea una precariedad que no tiene igual en el mundo».

CCJ NOTICIAS

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