En el marco de las fiestas de Navidad y el nacimiento de Jesucristo, el obispo de la Diócesis de Danlí, monseñor José Antonio Canales, envió un claro mensaje a la comunidad cristiana en general acerca de la realidad que se vive en el departamento de El Paraíso sobre el incremento de la violencia y los claros abusos a los migrantes que hacen su paso por zona oriental.

“Vamos a celebrar el nacimiento de Cristo del Mesías, el redentor y salvador nuestro, profundamente conscientes de las duras realidades que hay alrededor nuestro en este departamento de El Paraíso, las desigualdades abismales en el orden social, económico, político, cultural; el que tengamos familias que con sacrificio apenas alcanzan para sobrevivir debajo estándares básicos”, dijo.

Precisó que “preocupa sobre manera la violencia en nuestros municipios especialmente en Danlí, donde el sicariato ha hecho presencia a lo largo de este año, en pleno centro de la ciudad, una población que hace apenas unos pocos años era considerada una de las más seguras del país, hoy el irrespeto por la vida humana campea sin que veamos una reacción adecuada, franca y profesional de las autoridades que tiene la responsabilidad constitucional de prodigar a la población paz y seguridad ciudadana”.

BANDAS, FUNCIONARIOS Y MIGRANTES

Monseñor Canales dijo que en el caso de la caravanas migrante, que hacen su paso por la zona oriental, el obispo recordó la solidaridad de los paraiseños, pero tambien denunció el tráfico de seres humanos y el abuso de empresarios y hasta de las autoridades.

“Este año miles de personas han salido al paso de estos hermanos y hermanas con pequeños grandes gestos de cristianismo, solidaridad y fraternidad; pero tambien Navidad es denunciar las injusticias de las bandas de traficantes de seres humanos, que muy pronto aparecieron en las montañas de Trojes y han avanzado por todo el trayecto de esta movilidad humana en el territorio nacional, y que bajo el falso ropaje de bondad, los extorsionan, asaltan, estafan y violan”.

“Esto por aquellos que los prestan transporte, pero también funcionarios del gobierno del Estado, probadamente involucrados en estas graves violaciones a los más elementales derechos de las personas en este caso de nuestros hermanos migrantes”, denunció.

Pese a la presencia de la Organizaciones de ayuda humanitaria, ONG, autoridades de gobierno, se han registrado tres accidentes fatales donde siete migrantes perdieron la vida y dejado más de 25 heridos. Otros han muerto por deshidratacion, enfermedades adquiridas en su ruta migratoria o naturales; las calles de Danlí, gasolineras, semáforos se han vuelto puntos donde familias migrantes piden dinero o venden galletas o bombones para agenciarse algunos fondos y continuar su camino al sueño americano.

CCJ NOTICIAS

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