El 12 de enero, el presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) y Obispo de Rockford, Mons. David Malloy, expresó su desacuerdo con la decisión del Departamento de Estado de reingresar a Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo.

El secretario de estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, realizó el anuncio del reingreso de Cuba el 11 de enero. Tras la designación, señaló que la isla ha brindado “apoyo a los actos de terrorismo internacional al otorgar puerto seguro a los terroristas”.

La decisión se basó en parte en la provisión de refugio por parte de Cuba a los líderes rebeldes colombianos y fugitivos de la justicia estadounidense, así como en el apoyo de Cuba a Nicolás Maduro, el controvertido presidente de Venezuela que no es reconocido por Estados Unidos.

“Como presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la USCCB, me gustaría expresar mi profundo desacuerdo con la decisión del secretario Pompeo de agregar a Cuba a la lista de estados patrocinadores del terrorismo”, dijo Mons. Malloy.

El Prelado recordó que “durante décadas, junto con la Santa Sede y la mayoría de la comunidad internacional, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos ha instado a la colaboración y las relaciones mutuamente beneficiosas entre Estados Unidos y Cuba, así como al levantamiento total del embargo económico contra la nación isleña”.

“Como nuestro comité ha dicho muchas veces, necesitamos más relaciones entre Estados Unidos y Cuba, no menos, con el fin de construir vínculos comerciales, culturales y científicos que sean mutuamente beneficiosos y produzcan una prosperidad duradera para nuestras dos naciones”, subrayó.

Finalmente, Mons Malloy ofreció sus oraciones “para que no nos cansemos nunca de trabajar por estos objetivos y que ambas partes reconozcan la necesidad de amistad y colaboración”.

El 11 de enero, Pompeo señaló que Cuba se negó a extraditar a 10 líderes de un grupo rebelde colombiano que atacó una academia de policía en enero de 2019, y albergó a al menos tres fugitivos estadounidenses. También, dijo que para mayo de 2020 el Departamento de Estado certificó que Cuba no cooperaba plenamente con los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos.

Además, señaló que “el aparato de inteligencia y seguridad cubano se ha infiltrado en las fuerzas militares y de seguridad de Venezuela, ayudando a Nicolás [sic] Maduro a mantener su dominio sobre su pueblo mientras permite que operen organizaciones terroristas”.

“El apoyo del gobierno cubano a los disidentes de las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] y el ELN [Ejército de Liberación Nacional] también continúa más allá de las fronteras de Cuba, y el apoyo del régimen a Maduro ha creado un ambiente permisivo para que los terroristas internacionales vivan y prosperen dentro de Venezuela”, señaló Pompeo.

El estatus de Cuba como estado patrocinador del terrorismo lo somete “a sanciones que penalizan a personas y países que realizan cierto comercio con Cuba, restringe la ayuda exterior de Estados Unidos, prohíbe las exportaciones y ventas de defensa e impone ciertos controles a las exportaciones de artículos de doble uso”, agregó.

En 2015 la administración Obama eliminó a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo. La primera vez que se colocó a la isla en la lista fue en 1982 bajo el gobierno de Ronald Reagan.

Después de que el Departamento de Estado retire recientemente a Sudán de la lista, solo otros tres estados están incluidos en la lista de estados patrocinadores del terrorismo, como son Corea del Norte, Siria e Irán.

El lunes 11 de enero, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla condenó la acción de Estados Unidos en un tuit. La calificó de “hipócrita y cínica” y caracterizó la medida como “oportunismo político”.

CCJ NOTICIAS

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