Como ya es tradición, la ciudad de Roma conmemoró el “milagro de la nieve” que originó la construcción de la actual Basílica de Santa María la Mayor, el primer santuario cristiano dedicado a la Virgen María en Occidente.

Por este motivo, el Arcipreste de Santa María la Mayor, Cardenal Stanislsw Rylko, presidió una Misa Solemne este 5 de agosto a las 10:00 a.m. (hora local) para recordar la dedicación de esta basílica mayor de la capital italiana.

El “milagro de la nieve” se remonta al 5 de agosto del año 358, cuanto el Papa Liberio, así como un patricio romano de nombre Juan y su esposa, soñaron durante la madrugada que la Virgen María les pedía construir una iglesia en el lugar donde encontrarían nieve fresca a la mañana siguiente.

La madrugada en que ocurrió el sueño era pleno verano romano y cuando las probabilidades de nieve son remotas en la ciudad de Roma.

Sin embargo, la nevada tuvo lugar milagrosamente en la colina del Esquilino, y en su perímetro se erigió una década después el primer santuario dedicado a la Virgen María en Occidente. Luego, el Papa Sixto III construyó en el año 431 la Basílica de Santa María La Mayor, tal como se encuentra en la actualidad.

De hecho, la Basílica Santa María la Mayor es la más grande iglesia dedicada a la Virgen María en Roma. Fue construida después del Concilio de Éfeso (431), Concilio en el que se proclamó solemnemente que Nuestra Señora es Madre de Dios.

Durante su homilía, el Arcipreste de la Basílica Santa María la Mayor, Cardenal Stanislsw Rylko, destacó la herencia espiritual que transmite esta iglesia y la invitación a los cristianos de llevar hacia adelante, también en los tiempos difíciles, el mensaje de misericordia de Dios y el poder consolador de la Madre.

“Una herencia de fe y de amor a Cristo y su Madre que representa un desafío para todos nosotros”, dijo el Cardenal Rylko quien añadió que esta basílica es “un monumento de fe y de intensa bella, donde todo habla de Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre para nuestra salvación, y de su Madre”.

Además, el Purpurado recordó la oración del Magnificat para indicar que “en este templo, durante los siglos, el espíritu de la Virgen ha continuado a exultar a Dios su Salvador porque miró la humildad de su sierva” así como también a los peregrinos que visitan la Basílica ofrece el mensaje de “la libertad de ser hijos de Dios, a quienes el Padre ha dado dignidad liberándolos del pecado”.

Por ello, el Cardenal Rylko animó en estos tiempos difíciles de la pandemia del COVID-19 a confiar en la Virgen María, “hacerla entrar en nuestra vida, hacerla partícipe de nuestras alegrías y de nuestros problemas, de los desafíos que debemos enfrentar cada día”.

Devoción del Santo Padre

Además, esta basílica tiene un significado especial para el Papa Francisco, lugar que visitó por la mañana del primer día de su pontificado, el 14 de marzo de 2013, para encomendar su ministerio petrino a la Madre de Dios ante el antiguo ícono de María ‘Salus Populi Romani’, protectora del pueblo romano.

Desde entonces, cada vez que emprende un viaje internacional, el Papa Francisco acude a esta basílica para rezar antes, y para agradecer después, por los frutos de su visita apostólica.

Precisamente, este 5 de agosto por la tarde, el Santo Padre visitó la Basílica Santa María Mayor para rezar ante el ícono de María ‘Salus Populi Romani’.

CCJ NOTICIAS

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