Declaración de Henrietta Fore, Directora General de UNICEF, durante el debate abierto de ayer en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en Nueva York.
«Hay pocos niños en el mundo tan vulnerables como los que viven en conflictos armados. Ya sea que estén atrapados en el combate, se muevan como migrantes, refugiados o desplazados internos, formen parte del propio combate o estén detenidos por vínculos reales o percibidos con grupos armados, estos niños son, ante todo, víctimas de circunstancias que escapan a su control. Son ante todo niños» declaró ayer la Directora General de UNICEF, Henrietta Fore.
Desde hace 15 años, decenas de miles de niños han sido liberados de las filas de las fuerzas y grupos armados. UNICEF y su gran compromiso ha conseguido liberar en los últimos tres años, a casi 37.000 niños y los ha apoyado en la planificación de su liberación y reintegración en 19 países. “Los niños sobrevivientes están finalmente accediendo a los servicios que necesitan para recuperarse y reintegrarse” dice la directora, asegurando además que su labor también ha creado un nuevo espacio de diálogo con las partes en el conflicto para prevenir y poner fin a las graves violaciones contra los niños: “A lo largo de los años, las partes en el conflicto han firmado 32 planes de acción para poner fin a las graves violaciones contra los niños y prevenirlas. Nuestros esfuerzos han concienciado a la opinión pública, y a menudo también han provocado la alarma pública, sobre la difícil situación de estos niños y la necesidad de apoyarlos. Y juntos hemos enviado un claro mensaje a los que violan los derechos de los niños: estas acciones son ilegales, inmorales e inaceptables. La cultura de la impunidad debe terminar”.
“Pero estas herramientas – asegura Henrietta Fore – sólo son efectivas en la medida en que exista una voluntad global de utilizarlas”. Es por eso que insta a todos los Estados “a que los apoyen” y “los reflejen en sus marcos legales” porque todavía “hay mucho trabajo por hacer”. De hecho, habla de cifras exactas: “En los últimos 15 años, el MRM ha documentado 250.000 violaciones graves contra los niños en los conflictos armados y alrededor de 1.500 millones de niños no van a la escuela. En los conflictos, estos niños están doblemente desfavorecidos: no reciben educación y están expuestos a un mayor riesgo de violencia, abuso, matrimonios precoces y reclutamiento en grupos armados”.
A esta situación se suma la pandemia por Covid-19, que en las ya condiciones de hacinamiento en los campamentos, los asentamientos informales o las zonas urbanas densamente pobladas “hacen imposible el distanciamiento social”. Además, asegura que con demasiada frecuencia “las partes en conflicto se aprovechan de la pandemia y la necesidad de llegar y apoyar a los niños – en particular a los que abandonan sus hogares – para obtener ventajas políticas”. “Los niños no son peones o mercancía de intercambio. Esto tiene que parar” concluyó.