Desde el 1° de diciembre del año pasado, unos novecientos mil civiles fueron desplazados en el noroeste de Siria a raíz de la ofensiva gubernamental y rusa contra los grupos rebeldes apoyados por Turquía. Según una nota del Secretario de Asuntos humanitarios de las Naciones Unidas, Mark Lowcock, se trata «en su mayoría de mujeres y niños» y ante el peor «horror humanitario del siglo XXI, la única opción es un alto el fuego».

El avance del ejército sirio

Mientras tanto, sobre el terreno el ejército sirio avanza hacia Idlib y consolida sus posiciones en torno a Alepo, donde el aeropuerto reanudará los vuelos civiles desde el 2012. Los testigos también hablan de ataques aéreos en zonas controladas por los insurgentes, mientras el Presidente de Siria, Assad, habló de un preludio de la derrota que tarde o temprano llegará para los rebeldes. Sin embargo, se teme que los combates se intensifiquen ya que Turquía está enviando más ayuda militar a los bastiones de la oposición. Y tal como informa la agencia turca Anadolu, ciento cincuenta camiones articulados, cargados con cañones autopropulsados y tanques, llegaron al distrito de Reyhanli, en la frontera con Siria, para ser enviados después a los puestos de observación turcos en la zona de Idlib.

Conversaciones entre Rusia y Turquía

Para evitar que el enfrentamiento sea aún más áspero, continuarán hoy las conversaciones iniciadas ayer en Moscú sobre la crisis en Idlib por las autoridades rusas con la delegación turca. Ankara pide a Rusia que ejerza su papel de garante de los acuerdos de Astana y Sochi, deteniendo la ofensiva del gobierno. Esta petición también viene del Presidente de los Estados Unidos Trump. Sin embargo, las partes parecen estar lejos desde que ayer el portavoz del Kremlin reiteró su apoyo a las fuerzas armadas del gobierno sirio.

Marco Griffini: diversos niños muertos por el frío

Los reflectores se encendieron sobre la gran masa de desplazados internos sólo después de que el intenso frío de los últimos días causara numerosas víctimas, entre las cuales varios niños. En una entrevista a Marco Griffini, Presidente de Ai.Bi., una ONG italiana que está presente en las instalaciones de recepción del norte de Siria, le hemos preguntado acerca de las necesidades de los niños más pequeños:

“Estamos presentes con nuestros socios sirios en el noroeste de Siria – afirma – donde en los últimos meses, con la reanudación de la ofensiva, hay unos novecientos mil desplazados. Lo que no se sabe de estas personas es que el sesenta por ciento son niños y, claramente con las bajas temperaturas de los últimos días, hemos sabido que nueve niños murieron de frío. De modo que, lamentablemente – añade – la niña que murió de frío, no es la única.

Teniendo en cuenta la gran cantidad de niños que viven en los campos de refugiados, le preguntamos a Marco Griffini ¿qué clase de ayuda se les da a través de ONG como la suya? Y ¿cómo se trata de lidiar con la emergencia?

No los dejemos solos

“En primer lugar, manteniendo vivo el interés, por lo que agradecemos al Santo Padre su llamamiento – nos dice – y añade que, entre otras cosas, precisamente para dar seguimiento al llamamiento, lanzamos esta campaña de emergencia llamada: ‘No los dejemos solos’, en primer lugar para mantener encendida esa pequeña llama de interés sobre Siria porque a diferencia de las otras grandes guerras, como en Bosnia o Kosovo, parece que Siria es una zona olvidada a pesar de su proximidad a Occidente. Las intervenciones que hacemos son de emergencia, ante todo para garantizar la alimentación. Para esto pusimos un horno, una panadería móvil, que se mueve continuamente porque las panaderías creadas durante estos años – estamos presentes aquí desde hace cinco años – fueron todas bombardeadas”. 

Apoyo psicológico para los niños

Además el Presidente de Ai.Bi. nos dice que sufrieron el mismo destino las ludotecas que habían creado a pesar de que estaban bajo tierra. Por eso tuvieron la idea de la panadería móvil que continuamente mueven tratando de camuflarla para asegurarse de que no sea detectada. Y relata que las otras intervenciones que están dirigidas a los niños tienen que ver con la alimentación, sin olvidar los botiquines sanitarios, y también las intervenciones psicológicas para afrontar los trastornos postraumáticos, porque – como recuerda –  “la guerra comenzó hace nueve años y todos los niños nacidos en estos tiempos, que por lo tanto tienen entre 8 y 9 años, son chicos que nunca conocieron un día de paz”. De ahí que un niño para vivir en estas condiciones necesite continuamente apoyo psicológico para hacerle comprender que esto no es la vida, sino que también hay otra vida, a la que debe aspirar. Obviamente, cuando es posible, en los momentos de descanso hay espacios dedicados al juego, porque los niños deben jugar. También hay educadores especializados que, a pesar de la realidad del campo de refugiados, encuentran la manera de hacerlos jugar.

Inexplicable olvido sobre esta tragedia

En cuanto a los elementos más dramáticos que se reportan, Marco Griffini habla del frío y las muertes continuas que provoca, sin olvidar la escasez de alimentos. Y destaca que están realizando una recaudación de fondos llamada, precisamente, «No los dejemos solos», basándose en el llamamiento del Papa. Están convencidos de que no pueden abandonar a esta población siria y especialmente a estos niños. Y añade: “Les dejo imaginar lo que significa la vida en un campo de refugiados: tienes que moverte constantemente”. En una nota de estos días se indicaba la falta de espacios para construir campos de refugiados, puesto que son tantos que ya no saben dónde construirlos. Y “ésta es la realidad que vivimos a pocas horas de Italia, pero desgraciadamente un inexplicable olvido ha caído sobre esta tragedia”.

Además, Ai.Bi., amigos de los niños, es una de las mayores agencias italianas de adopción internacional. Pero en el caso de Siria los niños, sin embargo, tienen una familia. De manera que su intervención no está dirigida a la adopción a pesar de que también hay muchos huérfanos.

El Presidente de Ai.Bi. explica que, en efecto, hay muchos huérfanos, “sobre todo de padre, porque son los que murieron en la guerra”; también hay huérfanos de padre y de madre, “pero durante un conflicto bélico es absolutamente desaconsejable, está prohibido, realizar cualquier operación de adopción, porque entonces puede haber padres o parientes vivos”. Por lo tanto, durante un conflicto bélico, la única intervención posible es ayudar a estos niños dándoles lo que necesitan para vivir, pero también teniendo en cuenta – considerando que son niños – que como todos nuestros chicos tienen derecho a estudiar, tienen derecho a jugar, tienen derecho a un momento de serenidad en la tragedia de la guerra”.

Y éste es el tipo de intervención en el que se especializa Ai.Bi., es decir, hacer entender, por ejemplo, especialmente a los donantes, que un niño de dos meses no puede comer una lata de carne, sino que debe comer una homogeneizada. Muchas veces, de hecho, la ayuda humanitaria no tiene en cuenta que en la población de refugiados también hay niños de pocos meses o de uno o dos años.  “Por eso – concluye – nuestras intervenciones están especializadas para este grupo de edad”.

CCJ NOTICIAS

Fuente: VATICAN NEWS

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