Un día como hoy pero en 1908 nació San Francisco Marto, uno de los tres pastorcitos testigos de las apariciones de la Virgen María en Fátima (Portugal).
Francisco Marto nació el 11 de junio de 1908, y fue bautizado con diez días de vida. A sus ocho años, y junto con su hermana Jacinta, comenzó a pastorear el rebaño de sus padres en la región de Cova de Iría.
Ambos hermanos y su prima Lucía fueron testigos de las apariciones de la Virgen María, que entre mayo y octubre de 1917 les dejó mensajes de penitencia y conversión.
Luego de las apariciones, Francisco continuó con sus actividades cotidianas. Lucía iba a la escuela, tal como se lo pidió la Virgen, y la acompañaban sus dos primos. De camino pasaban por la iglesia y saludaban a Jesús Eucaristía.
El niño, sabiendo que no viviría mucho tiempo y llevado por su deseo de consolar al corazón de Jesús, decía: “Vayan ustedes al colegio, yo me quedaré aquí con Jesús Escondido”.
Así, cuando salían del colegio, las niñas lo encontraban en una actitud de recogimiento lo más cerca posible del tabernáculo.
El pequeño Francisco era el más contemplativo de los tres y quería consolar a Dios, tan ofendido por los pecados de la humanidad. En una ocasión, Lucía le preguntó: “Francisco, qué prefieres: ¿consolar al Señor o convertir a los pecadores?”, y él respondió: “Prefiero consolar al Señor”.
“¿No vieron lo triste que estaba Nuestra Señora cuando nos dijo que los hombres no deben ofender más al Señor, quien ya está tan ofendido? Me gustaría consolarlo y, después, convertir a los pecadores para que ellos no lo ofendan más”, aseguraba.
“Luego estaré en el Cielo. Y cuando llegue, voy a consolar mucho a Nuestro Señor y a Nuestra Señora”, agregaba.
El 18 de octubre de 1918, Francisco enfermó de una bronconeumonía, conocida como gripe española, que asoló Portugal y causó la muerte de miles de personas. Conforme los meses pasaban, la salud del niño se deterioró.
Según señala el Santuario de Fátima, el 2 de abril de 1919 el pastorcito se confesó y recibió la Comunión por última vez “con una gran lucidez y piedad”, como escribió el párroco de Fátima en el obituario al registrar su muerte dos días después.
“Confirmó que había visto una Señora en Cova de Iría y Valinho”, indicó el sacerdote.
El cadáver del pequeño Francisco fue sepultado en el cementerio de Fátima. Sus restos fueron exhumados el 17 de febrero de 1952 y trasladados a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima en marzo de ese mismo año, donde se encuentran hasta la actualidad.
Francisco Marto fue canonizado junto con su hermana Jacinta por el Papa Francisco el 13 de mayo de 2017, en el marco de las celebraciones por el centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima.
El milagro que permitió la canonización de los hermanos fue la curación de un niño brasileño llamado Lucas, quien cuando tenía cinco años cayó de una ventana desde una altura de 6,5 metros y quedó en coma.