La Comisión Permanente del Episcopado Venezolano, tras su CXIV Asamblea Plenaria, decide ratificar la decisión de mantener cerrados los templos y otros centros de culto y oración, “hasta el momento en que sea oportuno».

Luego de un serio discernimiento en relación a la situación que se ha creado por la pandemia del Covid-19 y tras haber escuchado el parecer de los obispos y expertos en el campo de la salud pública, la Comisión Permanente del Episcopado Venezolano, reunida tras la CXIV Asamblea Plenaria, decidió ratificar la decisión de mantener cerrados los templos y otros centros de culto y oración, hasta el «momento en que sea oportuno».

En un comunicado, los miembros de la comisión permanente explican que se evitarán las manifestaciones religiosas y de evangelización que sean públicas y supongan aglomeraciones, pues la intención es la proteger la salud de todos. En seis puntos, la nota  informa que la Conferencia episcopal venezolana (CEV) está elaborando un protocolo particular con recomendaciones de tipo pastoral, así como en el orden de la prevención y cuidado de la salud que se dará a conocer oportunamente, cuando las condiciones sanitarias permitan la apertura de los templos y lugares afines.

“Invitamos a todo el pueblo de Dios a seguir intensificando nuestra confianza en Dios en estos tiempos de emergencia sanitaria” se lee en la nota. El comunicado reafirma que en cada diócesis, con la cooperación de los sacerdotes, religiosas y laicos, se mantendrá el acompañamiento pastoral de tlos fieles e invita a implorar a Dios para que «libere al mundo de la pandemia que nos acosa».

En la Exhortación pastoral de la CEV al final de su asamblea, el viernes 10 de julio, los obispos lamentaron la cada vez más caótica situación en todos los niveles de vida social y personal de los venezolanos que con la pandemia de Covid-19 se han exacerbado y ha puesto de manifiesto la crisis ya presente : “servicios públicos básicos muchas veces inexistentes, acción política divorciada del bien común y del desarrollo, inseguridad e indefensión, vida familiar vulnerada en su capacidad de gestionar y satisfacer sus necesidades, economía inflacionaria y dolarizada, golpeando a casi toda la población, educación paralizada en su gestión con el deterioro de la calidad de ese servicio”.

En el documento, los obispos denuncian que la pandemia del COVID-19 se ha ido extendiendo de manera exponencial en los distintos estados, hasta alcanzar, en el momento actual, varios miles de contagios y decenas de personas fallecidas. Hablan de la crisis del sistema de salud, de la economía  devastada, del aumento del empobrecimiento en amplios sectores de la población, pero también de los innumerables “signos de luz” ofrecidos por la Iglesia y por las iniciativas civiles y religiosas de un gran número de agentes que, no sin esfuerzo, han sido y están siendo luz en medio de las tinieblas, mediante actividades de ayuda social.

Venezuela ha superado los 9.500 contagios del nuevo coronavirus y reporta 89 personas fallecidas, según cifras oficiales. Esta semana entró en vigor una nueva semana de flexibilización de la cuarentena para permitir un respiro a la economía y a los ciudadanos. En todo el país, se mantiene la cuarentena para la administración pública, el sector educativo a todos los niveles, los minoristas de bebidas, cafeterías, clubes nocturnos y restaurantes, que pueden operar sólo a domicilio.

CCJ NOTICIAS

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