1. Recordemos el Getsemaní, cuando Jesús compartió el Pan y Vino con sus discípulos en la Última Cena. Fue en la noche de un jueves que Él instituyó la Eucaristía.
  2. En 1673, Santa Margarita María de Alacoque, estando en adoración al Santísimo Sacramento, tuvo el privilegio de recibir la primera aparición de Jesús. El Señor le pidió que todas las noches del jueves al viernes, la santa lo acompañara para rezar la misma plegaria que Él hizo al Padre en el Huerto de los Olivos la noche antes de morir. Así, cada jueves se hizo común tener la “Hora Santa” para acompañar a Cristo en oración antes del Viernes de la Pasión.

Estas dos razones motivaron a que en la antigua Iglesia se dedicara una Hora Santa cada jueves para estar delante de Jesús Sacramentado. Más adelante la Iglesia decidió extender la Exposición del Santísimo Sacramento a todo un día, desde el amanecer hasta el anochecer, y que la misma se realizase cada jueves en todos los templos. Es así como surge el Jueves Eucarístico.

Cada jueves compartiremos una meditación, música, o una oración para estar a solas con Él. Se le atribuye a Santa Teresa de Jesús la frase: «Donde está Dios es el cielo». Por eso, al contemplar el Santísimo podemos decir ‘Aquí está Dios. Estoy con Él ante su presencia amorosa’.

CCJ MEDIOS.

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