En nombre de todos los Obispos de la Unión Europea, el Cardenal Jean-Claude Hollerich, Arzobispo de Luxemburgo y Presidente de la Comisión de los Episcopados de la UE, comparte el drama y la tristeza del pueblo de Beirut tras las horribles y mortales explosiones en el puerto de la capital del Líbano, asegura las oraciones por las víctimas y lanza un fuerte llamamiento en favor del Líbano.
“En nombre de todos los Obispos de la Unión Europea, comparto el drama y la tristeza del pueblo de Beirut tras las horribles y mortales explosiones en el puerto de la capital del Líbano”. Son palabras expresadas por el Cardenal Jean-Claude Hollerich, Arzobispo de Luxemburgo y Presidente de la Comisión de los Episcopados de la UE (COMECE), con una declaración después de la tragedia de las explosiones de Beirut, asegurando «las más profundas condolencias a las familias de las víctimas y a todos aquellos que han perdido a sus seres queridos: amigos, vecinos, colegas», elevando «oraciones por las almas de los muertos y por la pronta recuperación de los heridos». Compartiendo las palabras del Papa Francisco, los Obispos Europeos rezan por el Líbano «para que, a través de la dedicación de todos sus componentes sociales, políticos y religiosos, pueda afrontar este momento extremadamente trágico y doloroso».
R. – El Líbano es nuestro vecino. Hay muchos cristianos, muchos musulmanes que quieren vivir en paz en este país, un país que ha sido muy próspero y que ahora se ha vuelto muy pobre: la gente tiene tanto sufrimiento… No debemos olvidar que el Líbano ha acogido a tantos refugiados, que en la Iglesia de Europa hay libaneses, como en nuestros países. Por ejemplo, en Chipre, la Iglesia Católica de Chipre es la Iglesia Maronita: son personas que han venido del Líbano. Así que, en cierto sentido, son parte de Europa y nosotros en nuestras oraciones, en nuestra ayuda concreta, no debemos olvidar el Líbano.
Eminencia, ¿cuál era el compromiso de las Iglesias europeas antes de esta tragedia?
R. – Naturalmente, en la COMECE trabajamos por la paz y también por las relaciones entre la Unión Europea y el Líbano; pero en lo que respecta al dinero, la ayuda concreta es cada Iglesia nacional que hace su contribución. Y sabemos que hay muchas Iglesias en Europa que son muy generosas.
¿Es también importante hacer un llamamiento a la comunidad internacional para que no se olvide del Líbano? Este pequeño país que en los últimos 30 años ha sido un bastión de paz y convivencia, parece un poco olvidado, aparte de esta tragedia …
R. – Sí, y también desde el punto de vista político y de seguridad. Creo que el Líbano es importante para la Unión Europea, que tiene todo el interés en tener un Líbano estable, política y económicamente estable. Por lo tanto, creo que los políticos, incluidos los europeos, deben reaccionar porque es en interés de los pueblos de Europa que se ayude al Líbano. Pero nosotros, como cristianos, debemos hacer más: no debemos actuar sólo por nosotros mismos, sino que debemos actuar con solidaridad y amor, con caridad.
Parece que no fue un acto intencional, sino un accidente: un accidente, sin embargo, en el que había un almacén con una cantidad excesiva de compuesto químico útil para la agricultura, pero también para la creación de explosivos. En cualquier caso, también es una tragedia ambiental: el llamamiento del Papa para que se preste atención al equilibrio entre el hombre y la naturaleza vuelve…
R. – Esto es muy importante: todavía no hemos entendido este llamamiento tan importante. Vemos que el calentamiento de nuestra Tierra es más rápido de lo que pensábamos. Vemos que hay incendios en la Amazonia: 19% más que el año pasado, si no me equivoco. Esto significa que debemos actuar, y también significa que debemos cambiar la forma en que vivimos. Es muy importante, porque tenemos una responsabilidad hacia esta Tierra, tenemos una responsabilidad hacia las generaciones futuras. Y entendemos que, donde ya no hay estabilidad política, donde hay tantos intereses diferentes, como ocurre actualmente en el Líbano, la situación se vuelve muy peligrosa. Sabemos que hay muchos países en situaciones similares, por lo que debemos actuar a nivel internacional para asegurarnos de que en los países de riesgo no se produzcan tales incidentes.