Iglesia y Sinodalidad será el tema de la próxima Asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos en 2022. Así lo anunció el secretario general del Sínodo, Cardenal Lorenzo Baldisseri.

Para el Papa Francisco la sinodalidad es un camino principal en la vida de la Iglesia. De hecho ha sido uno de los temas recurrentes de sus discursos.

El 17 de octubre de 2015, durante la conmemoración de los 50 años de la institución del sínodo de los Obispos insistió: «lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está contenido en la palabra sínodo. Caminar juntos, laicos, pastores y Obispo de Roma; es un concepto fácil de expresar, pero no tan fácil de poner en práctica«.

En esa oportunidad subrayó que la sinodalidad presenta el marco interpretativo más adecuado para comprender el ministerio jerárquico de la Iglesia, retomando algunas enseñanzas de padres en el magisterio eclesial como San Juan Crisóstomo.

Es decir, entendiendo que la Iglesia y el sínodo son sinónimos y que este último nadie puede ser elevado por encima de los demás. Mientras que en la Iglesia es necesario que alguien se agache para ponerse al servicio de los hermanos en camino.
Si bien Jesús estableció la Iglesia y colocó al colegio Apostólico en su cima, la cumbre está debajo de la base, recordando que la cumbre en la Iglesia está debajo de la base y de hecho se les da el nombre de ministros a los consagrados es porque son los menos importantes de acuerdo con el significado original de la palabra.

La sinodalidad se empieza a vivir desde las Iglesia particulares, ahí se encuentra ese primer nivel. Luego continúa en las provincias y regiones eclesiásticas, los consejos particulares y especialmente en las Conferencias Episcopales; con lo anterior el último nivel es el de la Iglesia Universal.

En esa línea el Sínodo como expresión del episcopado manifiesta la colegialidad episcopal como parte de una Iglesia que debe ser completamente sinodal.

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Fuente: Prensa CELAM